A Julen Martija (Etxeberri, 1997) le encalleció el Parejas. Los rigores de una competición dura, que se asfalta de trabajo durante cuatro meses, alumbraron a un zaguero joven que ha respondido a la perfección a las peticiones de Aspe. La empresa apostó por él y la moneda salió cara. Al de Sakana le viene bien el traqueteo: cuanto más juega, mejor se encuentra. El físico se le cincela paso a paso. Forma parte de su aprendizaje. El zaguero es ya un fijo de la nómina de estelaristas de la promotora eibarresa, más todavía cuando la empresa tomó la decisión de no renovar el contrato a David Merino, instalado entre los mejores prácticamente desde que debutó. De este modo, la baja del de Villar de Torre, clásico del Parejas, abre un nuevo escenario en la escuadra de Fernando Vidarte, que tendrá que echar mano de su fondo de armario de cara a la gran competición invernal, ya que se observan como claras las titularidades de Beñat Rezusta, José Javier Zabaleta y el propio Julen. La pelea por la cuarta plaza está abierta.
En el caso de Martija, lo que en principio fue revelación ya forma parte del paisaje habitual de la pelota a mano profesional. El de Etxeberri disputará hoy un encuentro de campanillas en Lizarra junto a Iker Irribarria ante Bengoetxea VI-Imaz. Además, será de la partida en la final de la feria de Bastida, que comienza el domingo, y ha formado parte de las de San Fermín y el Torneo Bizkaia. Martija tiene piel de estelar, aunque tenga que lidiar en un puesto bien cubierto en la firma guipuzcoana. Y es que, Zabaleta y Rezusta -campeón y subcampeón del Parejas de 2018, respectivamente- son los guardaespaldas que más diferencias abren del panorama manista y se erigen como los dominadores en su demarcación. Aun así, el navarro dio con su hueco y cumple. Siempre cumple. Forma parte de su ADN.
Martija vive otro verano en el Olimpo, tras arribar con dudas en 2017. “De momento, estoy teniendo muchos partidos. Sí que es cierto que al principio se me hizo un poco difícil, pero me estoy sintiendo a gusto. Si los encuentros son duros, me cuesta un poco recuperar, pero estoy disfrutando del verano”, determina el guardaespaldas de Etxeberri, al que le impulsa el traqueteo. La carga acumulada le hace subir peldaños. No hay receta milagrosa. “A mí lo que me viene bien es estar activo, jugar. Cuando paro durante algún tiempo, me cuesta bastante recuperar mi juego. Sobre todo, me viene bien estar jugando partidos”, sostiene Martija. Lo está demostrando. Al final, en un pelotari joven, la mejoría viene dada por el tiempo que invierte en el frontón. En dos semanas -desde el 22 de julio al 5 de agosto- sumó seis partidos de responsabilidad. “En estos meses no tenemos demasiado tiempo para ensayar. Así que vamos de partido a partido. En verano toca jugar, descansar y tratar de recuperar lo más rápido posible para mejorar cada día un poco”, argumenta el de Etxeberri.
El aprendizaje del parejas Los cuatro meses de competición junto a Jokin Altuna, que se proclamó campeón del Manomanista pocas semanas después, hicieron del de Sakana un pelotari más completo. “El Parejas me enseñó que, tanto si empiezas bien como si no, el campeonato es muy duro, se hace largo y todos los contrincantes juegan mucho. Al final, no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Hay que estar a tope”, evoca Martija, quien recita que es vital “dosificar”. “Es esencial empezar concentrado, pero hay que tener cuidado, porque si empiezo a tope, al no estar yo demasiado acostumbrado, me cansaba mucho. Hay que controlar”, cuenta el de Etxeberri.
El golpe de timón de Martija se forjó en la seguridad y en la constancia. En el verano de 2017 Aspe comenzó a darle oportunidades y entró en San Fermín. Después, se fue ganando el sustento. “Hace un año no pensaba ni siquiera que iba a estar jugando estelares. Por el momento, estoy contento. Mi intención es seguir progresando y disfrutando”, analiza el pelotari navarro, quien no se considera aún “estelarista”. “Sí que me están poniendo partidos importantes, pero todavía siento que me queda mucho camino para estar arriba. Hay que ir partido a partido. Con el tiempo se verá si soy un estelarista o no”. remacha Julen.
Durante sus años en el profesionalismo -debutó en 2016-, Martija considera que lo más importante es “entrenar mucho”. “En mi caso, cuando empecé ya sabía que iba a tener que ensayar mucho. Sobre todo, he hecho trabajo técnico, pero también físico. Antes, no hacía demasiado hincapié en este último apartado, pero ahora sí y se nota. Además, intento cuidarme”, sostiene. “He cogido peso. En la época en la que debuté estaba bastante flaco y no tenía ni la mitad de fuerza que ahora. Haciendo físico, he cogido mucha. Trabajo día a día”, finaliza.