- La selección española inicia el tramo decisivo del Mundial desde la convicción de su talento, su jerarquía o su racha sin perder, pero también desde las dudas de sus errores defensivos, su atasco ofensivo o el bajo nivel exhibido en la primera fase.

23 partidos sin perder

Desde la Eurocopa de Francia 2016, cuando Italia la eliminó en los octavos por 2-0 en el estadio Saint Denis de París, España no ha perdido ningún partido. De eso hace ya dos años, con 23 compromisos -15 victorias, 8 empates, 66 goles a favor (ha marcado en todos) y 18 en contra (doce duelos sin recibir gol).

Es la única selección del Mundial que acumula tanto tiempo sin perder. Unos números en los que insiste ante la crítica, consciente de que debe mejorar, pero también con la garantía que le ofrecen unos imponentes registros construidos desde el 0-2 a Bélgica del 1 de septiembre de 2016, en el debut de Julen Lopetegui.

La forma de Isco

“No le falta nada para ser el líder. Es uno de nuestros líderes. Cuando el partido se pone feo, tira del carro, no se esconde, busca centros, tiros, pases... Poco más se le puede pedir. Está haciendo un Mundial espectacular”, resumía ayer Dani Carvajal sobre el centrocampista, el mejor sin matices hasta ahora en Rusia. Su liderazgo sobre el terreno de juego es indiscutible en cada partido, en el que es el futbolista que más interviene. También el que más pases conecta de medio campo hacia adelante, el que más desborda y el que más responsabilidad asume con la pelota. Además, ha marcado un gol, el que logró ante Marruecos, y lo ha jugado todo.

El talento

Aún no lo ha expresado en toda su dimensión en Rusia 2018, ni siquiera se ha acercado, pero lo tiene y cuando lo pone en práctica resulta incontestable. Sólo a ratos ante Portugal demostró un estilo que necesita recomponer para los próximos desafíos. Iniesta, Isco o Silva son futbolistas cuyas cualidades y recursos con el balón son infinitos y están entre las mejores de todo el Mundial, pero hasta ahora sólo ha lucido Isco. Si los tres conectan, si reencuentran su mejor versión, si se asocian como antes, las aspiraciones de España serán mucho más prometedoras.

La experiencia

“La mayoría del equipo juega finales como si fuesen amistosos, porque saben llevar esa presión”, dice Saúl Ñíguez. La experiencia del grupo en la alta competición es una garantía para el equipo, que cuenta en sus filas con seis campeones del mundo: Reina, Ramos, Piqué, Busquets, Iniesta y Silva. Es un plus para cualquier selección, aún más en partidos que exigen tanto mentalmente, tan decisivos como el de octavos de final ante Rusia, además en un ambiente en contra. A la vez, sobresale la cantidad de títulos en el palmarés de los 23 jugadores: un total de 272.

El lado del cuadro

Aunque siempre es una incógnita, más aún en un Mundial que ha demostrado una igualdad recurrente en casi cada encuentro de la primera fase, y aunque ahora tenga por delante a la anfitriona, Rusia, en los octavos de final, el lado del cuadro de España es sobre el papel mucho más sencillo que el otro camino a la final.

Ni Brasil ni Argentina ni Uruguay ni Francia, los cuatro campeones del mundo que permanecen junto a España en el torneo, aparecen en su horizonte hasta la final. En cuartos, el adversario sería Dinamarca o Croacia, aunque ésta última ha demostrado un potencial imponente.

La fragilidad defensiva

Sus cinco goles en contra en tres partidos encienden la alerta en la Roja, que ha cometido errores impropios de su nivel en cada uno de los tres encuentros en Rusia 2018. Los episodios de desconcentración del equipo han sido repetitivos, y ahora cualquier regalo te envía fuera del Mundial. “Si encajamos con tanta facilidad no se puede conseguir el objetivo que venimos persiguiendo desde el primer día”, advirtió Hierro después del 2-2 ante Marruecos. Desde Italia 1990, nadie fue campeón con más de cuatro goles en contra. España lleva cinco.

Juego poco convincente

No ha perdido aún, pero su única victoria y sus dos empates en la primera fase generan muchas más dudas que certezas, apenas ninguna en un recorrido a trompicones, que sólo convenció en algún rato en el estreno contra Portugal. España no funcionó ante Irán, agarrada a un gol de rebote de Costa para deshacer un enredo constante en ataque, ni tampoco ante Marruecos; dos selecciones menores que pusieron en serios aprietos, muchísimos en el caso de ésta última, a una selección irreconocible.

Sin reacción otras veces

Los últimos precedentes en las grandes competiciones tampoco sonríen a España, que se propone una reacción a partir de ahora que no logró ni en Brasil 2014, cuando fue eliminado en la primera ronda -goleada de Holanda (5-1) y tropiezo definitivo ante Chile (2-0)- ni en la Eurocopa de Francia 2016, cuando se marchó a casa en octavos: tras la extraña derrota en la fase de grupos ante Croacia (1-2) le siguió la eliminación al perder ante Italia (2-0).

El atasco ofensivo

España sufre un atasco ofensivo. Acostumbrado al balón, su posesión ha sido improductiva en muchos tramos de los partidos, por imprecisiones, por movimientos previsibles o por lentitud, y casi siempre sin profundidad y sin conectar apenas con el delantero, en este caso con Diego Costa. Invariable en ese estilo con la pelota, pero sin el dinamismo de antaño, el que desmontaba defensas con paciencia e imaginación, sus goles han sido inusuales para su juego. De los seis, sólo uno llegó en combinación: el 1-1 contra Marruecos entre Isco, Iniesta y Costa. Dos a balón parado; otro en volea de Nacho ante Portugal; uno de rebote, ante Irán; y otro a un pase largo que peleó y culminó Diego Costa, el primero ante Portugal.

4 victorias en 10 partidos

Desde la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012, último título de la Roja, el equipo lleva en las fases finales sólo cuatro victorias en diez partidos. Sólo ha ganado a Australia (3-0) en Brasil 2014; a la República Checa (1-0) y a Turquía (3-0) en Francia 2016; y a Irán en Rusia 2018. En cambio, ha perdido ante Holanda (5-1), Chile (2-0), Croacia (1-2) e Italia (2-0), y empató con Marruecos (2-2) y Portugal (3-3). En esos diez últimos partidos ha marcado 15 goles y ha recibido 16.