Kaliningrado (Rusia) - España compite hoy contra Marruecos en la última jornada del grupo B, un partido que traza su futuro en el torneo, con tres posibilidades, desde la primera posición y aparentemente el cuadro más accesible o la segunda plaza hasta una eliminación hoy por hoy impensable.
En el estadio de Kaliningrado, cuyo irregular estado del césped preocupa a ambos equipos y a la FIFA, la selección española necesita un solo punto para sellar su pase a los octavos de final.
Es suficiente después de su empate en la primera jornada contra Portugal (3-3) y de su victoria 0-1 en la segunda con Irán. Incluso la derrota, si el equipo asiático también pierde contra el conjunto luso, sería también una vía segura para volver a las eliminatorias de un Mundial después de ocho años, desde 2010.
Otro asunto es el liderato. Ahí, las previsiones, siempre dependiendo del otro marcador de Portugal e Irán, son ganar y golear para amarrar las mayores posibilidades de terminar en la cima del grupo y, por extensión, aún aparentemente a la espera de la definición de todos los grupos, encarar un cuadro más amable.
Sólo sobre el papel, porque aún hay muchos interrogantes en ese sentido. La única certeza es que Rusia o Uruguay sería su rival en los octavos de final. El resto son dudas: Alemania todavía puede pasar ser primera, segunda o eliminada, igual que Brasil; Argentina apunta como mucho a la segunda posición, con lo que España la evitaría siendo líder, pero a la vez se cruzaría con la rotundidad que ha demostrado Croacia en unos hipotéticos cuartos de final...
Más intuiciones que realidades que dirigen los cálculos de España al primer puesto, su objetivo marcado en la primera fase cuando entró en juego hace diez días en Sochi, aunque no garantice nada, menos aún en un Mundial tan equilibrado y sorprendente como ha sido Rusia 2018 hasta ahora, con todos los duelos pendiente del más mínimo detalle, también de nuevo fundamentales este lunes ante Marruecos, sin nada en disputa, pero indudablemente competitiva.
“Un equipo que no tiene miedo a nada es muy peligroso”, advirtió Saúl Ñíguez sobre el enfrentamiento en Kaliningrado, en el que España verifica a la vez sus aspiraciones, su ambición y sus mecanismos ofensivos y defensivos, a debate primero contra Portugal y después, con aún más intensidad, ante Irán.
¿Cómo está la selección? ¿Está para ganar el Mundial? Cuestiones aún sin respuesta, que desde los números ofrecen más dudas que certezas; en defensa por los tres goles que le marcó Portugal, dos a balón parado y otro en un error de De Gea, y las ocasiones que le generó Irán en el tramo final, y en ataque por las dificultades que evidenció para desbordar al equipo asiático, al que ganó de rebote. En contraste, desde su eliminación en la Eurocopa 2016, España se mantiene invicta. Son ya dos años concentrados en 22 partidos sin derrotas, con quince victorias, siete empates, 71 goles a favor y con al menos un tanto en cada una de las paradas de ese recorrido. - Efe
Sistema de desempate:
En caso de empate a puntos con otra selección, el desempate se realiza con estos criterios:
1.- Golaverage general (goles a favor menos goles en contra en los tres partidos).
2.- Más goles marcados en los tres partidos.
3.- Puntos entre los equipos empatados.
4.- Golaverage entre los equipos empatados.
5.- Más goles marcados entre los equipos empatados.
6.- Menos tarjetas amarillas en los tres partidos
Situación de España
Está igualada a todo con Portugal salvo en el apartado de amarillas (1 frente a las 2 de los lusos).