krasnodar - Han pasado diez años desde que Iker Casillas se encumbró como el salvador y Cesc Fábregas marcó el penalti final de una tanda que cambió la historia del fútbol español. El punto de inflexión de la generación de oro. El momento que ahuyentó los fantasmas y derrumbó el muro de cuartos de final.
“Era el todo o la nada. Esos años terribles, ese maleficio de cuartos de final que España siempre tenía a lo largo de su historia y estábamos ahí. Justo en el momento clave para superar esa barrera”. Palabra de Xavi Hernández, uno de los padres del estilo del éxito.
Casillas detuvo dos lanzamientos de penalti en aquella ocasión, y Fábregas, que ensayaba penaltis en los entrenamientos, anotó el decisivo a la hora de la verdad.
El 22 de junio de 2008 es una fecha inolvidable para la selección española. El día que un grupo de jugadores dirigidos por Luis Aragonés iniciaron una etapa ganadora inolvidable que les llevó a dominar el mundo. Porque aquella Eurocopa todos piensan que la ganaron en ese duelo ante Italia de cuartos de final. En unos penaltis en los que España cambió el guión de su historia con dos grandes protagonistas por encima del resto, Casillas y Cesc, que cambiaron los llantos de rabia por alegría. - Efe