voronezh - La selección marroquí regresó ayer a los entrenamientos en su cuartel general en la ciudad de Voronezh para preparar el partido frente a España como “si la clasificación estuviera en juego”.
Fuentes de la expedición marroquí admitieron que el grupo salió muy tocado por la forma en la que perdieron frente a Portugal en Moscú pero que ahora se mira a España “de la misma manera que si los resultados hubieran sido otros”.
“Nuestro objetivo es insistir en nuestra filosofía y salir al campo a dejarnos el alma para darle una satisfacción a toda la gente que nos apoya, a todos los que han venido hasta Rusia y que nos ven desde Marruecos”, agregaron.
Otro responsable recordó también que, según datos de la FIFA, cerca de 40.000 marroquíes presenciaron en directo la batalla en el estadio Luzhniki, y que la misma cifra “e incluso más” se esperan el domingo en las gradas de Ekaterinburgo, donde como en Moscú serán mayoría.
Los “Leones del Atlas” fueron muy superiores a la vigente campeona de Europa, que apenas disparó dos veces a puerta, pero al igual que en el primer partido frente a Irán solo su desacierto de cara al gol les privó de una victoria que merecieron.
A pesar de ello, los marroquíes se convirtieron el miércoles en el tercer equipo eliminado, junto a Arabia Saudí y Egipto.
Por lo visto ayer en las instalaciones militares de entrenamiento del Voronezh Stadium, el técnico francés, Hervé Renard, podría introducir ligeros cambios en el once, pero no renunciará al estilo que ha hecho de Marruecos uno de los combinados más atractivos de la primera fase.
Al contrario que Irán y que la propia Portugal, a los magrebíes le gusta la pelota y le disputarán la posesión a España desde un esquema con dos centrales sólidos, dos laterales de largo recorrido, un doble pivote ofensivo-defensivo, tres centrocampistas y un único punta. - Efe