kazan - Un tanto de Diego Costa, de fortuna con la rodilla tras despeje del rival, fue el castigo con el que el destino respondió un planteamiento ultra defensivo de Irán que se le atragantó a España, que pone luz a su camino en el Mundial 2018 y se jugará el liderato de grupo ante una Marruecos ya eliminada.

Una selección para la que estar en un Mundial ya es un éxito, como Irán, tiene dos opciones antes de encarar el duelo ante una de las señalada favoritas. Alejada de la valentía, optó por el camino más rácano, el de afear el fútbol. Buscó instalar la desesperación a una España que encaró un ejercicio de paciencia y sufrió de lo lindo.

La rápida circulación en una posesión insultante, de picos del 85%, el movimiento en los últimos metros y una precisión que faltó en la zona que daña planteamientos ultra defensivos eran clave. España necesitaba un tanto que abriese un duelo incómodo.

El examen a la paciencia no podía empujar a la desesperación ni a la duda. Las faltas para frenar su fútbol fueron continuas, la dureza para no acceder al otro lado del muro. Una defensa de seis que protegía la seguridad de su portería. Hierro esperaba ese partido, diez jugadores defendiendo por detrás del balón, y apostó por Lucas Vázquez buscando abrir el campo. Reaparecía Carvajal en una defensa que a buen seguro con Lopetegui habría sido de tres desde el inicio. España torcía el gesto con el paso de los minutos. Incómoda para asociarse en corto en la zona de peligro, sin espacios, y errática en el desplazamiento en largo cuando buscaba el balón arriba.

Son encuentros en los que su 9 sufre. Le faltaban centros desde los costados para rematar y eso que el regreso de Carvajal aumentaba la profundidad en la derecha.

El sueño del gol para Irán lo distanciaba un puñado de metros. El balón parado era su esperanza. Y ahí emergió la cabeza del centenario Piqué. La falta de fluidez de España se despejaba en alguna aparición de Isco, con Silva teniendo en sus botas las pocas acciones de disparo. Una tijera arriba, otro disparo al muro.

La necesidad obligaba a más a España y arrancó el segundo acto volcada. Solo a balón parado podía hacer daño Irán. De un rechace nació el disparo seco de Ansarifard, que más de la mitad del estadio cantó como gol.

Era el inicio del castigo. En la siguiente acción, Iniesta rompía por el centro, encontraba a Costa y su movimiento provocaba el despeje del balón a su rodilla para que entrase a la red pegada al palo.

cambio de actitud en irán Fue cuando Irán sí quiso. Como si fuese otro equipo, comenzó a jugar y a llegar. Le metió velocidad y provocó un extraño nerviosismo en el rival. Su castigo fue mayor tras saborear el gol soñado. Ezatolahi superaba por bajo a De Gea, que aún no ha hecho una parada en el Mundial, y el colegiado lo anulaba por mano.

Visto el panorama el triunfo era un bien preciado para España que, tras perdonar el segundo en acción de estrategia con remate de Ramos y Piqué en boca de gol, veía cómo un remate a placer de Taremi no encontraba puerta en la recta final. Koke daría más fuerza en la medular y el final deja máxima igualdad con Portugal. Todo está en juego en una última jornada ante Marruecos.

Irán0

España1

IRÁN Beiranvand; Haji Safi (Milad, m.69), Pouraliganji, M. Hosseini, Rezaeian; Omid, Ezatolahi, Ansarifard (Jahanbakhsh, m.74), Amiri (Ghoddos, m.86), Mehdi y Azmoun.

ESPAÑA De Gea; Carvajal, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Iniesta (Koke, m.71), Silva, Isco, Lucas Vázquez (Asensio, m.79) y Diego Costa (Rodrigo, m.89).

Gol 0-1, m.54, Diego Costa.

Árbitro Andrés Cunha (Uruguay). Amonestó a Amiri (m.79) y Omid (m.92), ambos de la selección iraní.

Estadio Kazan Arena, ante 42.718 espectadores.