Activando el VAR con carácter retroactivo, y entrando así en el terreno del fútbol-ficción, Diego Armando Maradona no podría lucir en su currículum una de las acciones más famosas de la historia del deporte: la Mano de Dios. Además, Francia no habría disputado el Mundial de 2010 por aquella clamorosa mano de Thierry Henry en la repesca ante Irlanda y España habría tenido la oportunidad de llevar a la prórroga aquel duelo de cuartos ante Italia en Estados Unidos’94 como consecuencia del famoso codazo de Tassotti a Luis Enrique, que habría sido penalti. Se tratan todas ellas de acciones “claras y manifiestas” en las que el sistema de videoarbitraje intervendría para corregir los fallos de los colegiados.
Con imágenes más nítidas y más cámaras para el análisis, se habría acabado con la polémica de la final del Mundial de 1954, en la que, con un 3-2 favorable a Alemania contra Hungría, el árbitro anuló un gol a Puskas por un fuera de juego muy discutido que habría supuesto el empate. Con el sistema tecnológico actual y una cámara de línea de gol, se terminaría también con la incógnita de uno de los principales goles fantasma de la historia de los Mundiales, aquel que marcó en la prórroga de la final de 1966 el inglés Geoff Hurst para encarrilar el 4-2 final ante Alemania Federal. Con las imágenes que se conservan, el VAR no podría intervenir. Tampoco lo habría hecho en jugadas de dudosa interpretación como algunas simulaciones de penalti.