Duración: 36:27 minutos de juego.
Saques: 4 de Ezkurdia (tantos 5, 9, 18 y 22).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 160 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 12 de Ezkurdia y 8 de Irribarria.
Errores: 1 de Ezkurdia y 6 de Irribarria.
Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-3, 3-3, 3-4, 4-6, 6-6, 13-7, 14-8, 16-9 y 22-9.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Juan Martínez de Irujo (con Joseba Ezkurdia) e Igor Olazabal (con su sobrino Iker).
Apuestas: Se cantaron posturas de salida de 100 a 80 a favor de Irribarria.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del Campeonato Manomanista de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. Buena entrada. En el primer partido, Jaka-Martija ganaron a Mendizabal III-Zabaleta (17-22). En el tercero, Gorka venció a Erostarbe (22-13).
EIBAR - El día llegó cuando Joseba Ezkurdia se rompió su propia imagen en el espejo. Fue en el frontón Bizkaia de Bilbao, en la última jornada de las semifinales del Parejas. Era el momento, el paso definitivo por el diván de la pelota a mano para encontrarse consigo mismo. Dos semanas después, ganó su primer txapela como profesional en el mismo escenario junto a José Javier Zabaleta. La lana le mesó el cabello y halló el destino. La brújula le marcó hacia el Manomanista. Fue complicado el debut. Ayer en el Astelena de Eibar regresó a las mieles, a la buena ola. El hombre del mazo. La marejadilla en Arbizu se transformó en una violenta tempestad en Arama. Leyes del caos. Iker Irribarria, campeón en 2016 y subcampeón del curso pasado, encontró la horma de su zapato y transitó en perpetua contracorriente. Ezkurdia le endosó un 22-9 que le mete directamente en el póquer de aspirantes el cetro. Se enfrentará al ganador de la última eliminatoria de cuartos de final entre Urrutikoetxea y Altuna III, que se disputará mañana en el Atano III de Donostia.
El dominio del de Sakana fue incontestable. Lo hizo todo bien. Aunque comenzó con una dejada regalada, Ezkurdia dio con la tecla en el saque -hizo daño-, mostró chispa con las dos manos, abrió con inteligencia para buscar la diestra del guipuzcoano y vendió caro su pellejo en los tantos descontrolados. El resto lo falló Irribarria, con el primer partido como cizalla. Un mazazo.
Ocurre que la incomodidad se tradujo en una tortura para el zurdo. Sí que dio golpes de gracia, pero no mantuvo regularidad en el martilleo. Sufrió. Tuvo un mal día. Incluso, en los primeros compases, a pesar de controlar el marcador, el embrollo quedó patente.
A Ezkurdia se le escaparon los fantasmas, inflamados en el fuego de su juego, forjado en base a la sobriedad. Se encontró con un 1-3 en contra y no se vino abajo. Se vio con un 3-6 en contra, tres remates de Irribarria y un resto espectacular para romper la igualada en el tercer cartón, y siguió creciendo. El rodillo llegó en ese mismo instante.
Del trabajo y la constancia nació la estrella de Ezkurdia, rutilante ante un adversario de entidad, al que la pegada no salvó de la quema. Un yerro con la derecha del guipuzcoano cambió la orientación del luminoso y un saque a la derecha comenzó a sembrar de incertidumbres el Astelena de Eibar. Dos saque-remates seguidos abrieron la primera brecha colorada (7-6) y la falla se amplió al final de una tacada de diez tantos. No hubo sutura para el 13-6 en el que las sensaciones marcaron el tremendo estado de forma del arbizuarra, que no regaló y supo contrarrestar las tremendas dotes manomanistas de Irribarria. El guipuzcoano, contracorriente, no dio con la clave y terminó trasquilado, sin opción, sin reacción, destronado. Ezkurdia, tras un par de momentos de duda, no perdió pie. Del 13-8 se fue directo al 16-8. Una volea a ras de chapa de su contrincante rompió ligeramente la dinámica. Después, un fallo ajeno, un dos paredes de volea, dos saques y dos saque-remates sellaron el devenir del partido. El día llegó para Ezkurdia, que cosecha sus primera semifinales del Manomanista.