Falta menos de una hora para que arranque la etapa y la actividad en torno al autobús del Euskadi Murias es frenética. La escuadra vasca, en su primera temporada con acceso a carreras del World Tour, supone una de las atracciones de la Itzulia. Quien no se acerca a saludar lo hace para solicitar autógrafos o fotografías. Y los ciclistas, siempre amables, acceden a las peticiones. Pero hay tareas que no entienden de acontecimientos especiales como el que esta prueba supone para la escuadra de Jon Odriozola. En medio de todo el trasiego, los mecánicos ultiman la puesta a punto de las bicicletas con las que va a competir el siete verde. “Igual mejor”, responde uno de ellos, Patxi Mundiñano, cuando se le pregunta si será más fácil hablar con él dentro de quince minutos.
Cumplido ese tiempo, ya más tranquilo, el integrante del staff vasco se dispone a atender a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA cuando aparece Enrique Sanz con una duda acerca de su rueda delantera. Nada importante. Más trabajo está suponiendo para Mundiñano la variedad de desarrollos que, en una edición de la Itzulia marcada por las rampas de porcentajes cercanos al 20%, están utilizando los corredores del Murias. “Sí, es cierto que recorridos como este te obligan a llevar en la bici combinaciones muy distintas entre sí. Pero cada vez se estilan más subidas como las que estamos viendo. En la Vuelta a España, por ejemplo, están a la orden del día”, asegura este mecánico de Etxarri-Aranaz que trabaja en la estructura verde desde su creación en 2015.
ciclistas y ciclistas “Depende del corredor”, asegura Patxi antes de introducirse en una ensalada de números, relativos siempre al número de dientes en platos y piñones. “El ciclista ya sabe si le va a tocar o no disputar la etapa. Los que pueden desconectar y andar relativamente tranquilos igual te piden un 36x32. Gari Bravo, en cambio, salió en las etapas de Zarautz y Bermeo con un 39x32”, explica el mecánico del Murias distinguiendo entre los objetivos de cada uno. Es este un factor importante. Pero existen más. Los gustos del propio ciclista, por ejemplo. “En general, hoy en día a todos los corredores les gusta andar bastante ligeros. Pero hay casos como el de Bagües, quien prefiere sacrificar cadencia en virtud de potencia. Suele ir con desarrollos más duros, más atrancados”.
El domingo por la noche, Mundiñano montó en las bicicletas del equipo desarrollos propios de carreras con muros de elevada pendiente. Tras la etapa del martes, mientras, tocó cambio de chip. Al día siguiente la jornada terminaba en Gaubea con un presumible sprint. Y las necesidades de los ciclistas eran otras. “Pusimos platos de 53 y 39 dientes, aunque Enrique Sanz y Eduard Prades colocaron el grande de 54. Y de piñones se salió con 28-11 en los extremos. Este último es el casette más estándar, el que se suele utilizar habitualmente”. Los desarrollos aparcados tras las dos primeras jornadas, eso sí, volverían a las bicicletas el jueves a última hora, ya de cara a las subidas a Endoia, Azurki o Arrate por Matsaria.
¿y la crono? Que la presente esté suponiendo una Itzulia de contrastes para mecánicos y desarrollos no responde solo a los cambios de perfil entre las etapas en línea. También se debe a la presencia en el libro de ruta de una contrarreloj llana como la palma de una mano, en la que los ciclistas tuvieron que exprimir toda su potencia. “De cara al día de Lodosa no tuvimos tanto trabajo en cuanto a cambio de platos y piñones, porque las cabras (bicicletas especiales para la disciplina) ya estaban montadas de antemano. Atrás llevamos el casette habitual de 28-11, y adelante pusimos un 55”, siempre con predisposición para escuchar al ciclista. Patxi conoce las filias y las fobias de todos. Y eso que este año son más, 19. “Hemos crecido. Pero los equipos del World Tour tienen 30 tíos... Eso ya debe ser más complicado”.
Lunes y martes. Etapas con rampas de porcentajes elevados, de camino a Zarautz y Bermeo. Los ciclistas del Murias que no estaban llamados a disputar la carrera llevaron en sus bicicletas un 36x32 como combinación más ligera. Corredores como Gari Bravo, mientras, montaron un 39x32.
Miércoles. Posible sprint en Gaubea. Platos de 53 y 39 dientes y un casette estándar de piñones, con 28-11 en los extremos. Sanz y Prades buscaron algo más de potencia con un plato de 54.
Jueves. Contrarreloj de Lodosa. Platos de 55, y 28-11 atrás.
Viernes y sábado. Regreso a las cifras de lunes y martes, ante las subidas a Endoia, Azurki y Arrate (por Matsaria).