AUGUSTA - Jon Rahm apunta de nuevo a la gloria en el Masters de Augusta de 2018, que ha sido planteado como un duelo generacional. El golfista de Barrika forma parte de ese grupo de jugadores que sin haber cumplido aún los 25 años han llegado con fuerza para desbancar a quienes dominaron la primera década de este siglo. Tiger Woods y Phil Mickelson, siete chaquetas verdes entre los dos, representan a esa generación que hizo las delicias de los aficionados y que por su instinto competitivo costará sacar del primer plano. El de Cypress, que levanta un trofeo desde 2013, está cociendo su regreso a fuego lento y en cualquier momento puede volver a ganar un torneo. Lefty ya lo hizo hace un mes en México tras más de cuatro años de sequía. Ambos han acaparado los focos y la atención del público en las rondas de prácticas y han enseñado al mundo que su relación atraviesa un buen momento después de año de tensa rivalidad.

Woods y Mickelson sienten que aún tienen mucho que decir, pero si algo tienen los jóvenes como Rahm es ambición, descaro y el juego suficiente para manejarse en cualquier campo. El vizcaíno estaba el año pasado a un golpe del Top 10 del Masters después de anotar en el hoyo 13 de la última jornada un enorme eagle. Sin embargo, el tramo final del Augusta National se le hizo largo, esa cuesta arriba para llegar al 18 se le hizo eterna y un triple bogey le hizo caer hasta el puesto 27 en su debut en el torneo. Así que poner su cuerpo a punto ha sido una de las prioridades este año. “En los tres últimos hoyos de cada día firmé un parcial de ocho sobre par, lo que significa que en el resto del campo jugué bien”, apunta antes de ponerse hoy en marcha a las 19.40 horas junto a Rory McIlroy y Adam Scott.

consolidado En los doce meses que han pasado desde su estreno en el Masters, Jon Rahm ha sumado tres victorias y se ha consolidado como una de las estrellas del PGA Tour y, por extensión, del golf mundial. La posibilidad de alcanzar el número 1 del mundo está ahí, aunque no es sencilla porque, sobre todo, pasa porque el vizcaíno consiga la chaqueta verde. Este es solo su séptimo major y ya se sabe que lo normal es tener que jugar unos cuantos para apuntarse el primero. Tiger Woods y Jordan Spieth son excepciones de precocidad. Sergio García representa lo opuesto ya que necesitó jugar 74 para estrenarse en uno de los grandes. El tiempo es un aliado de Jon Rahm, pero de su carácter no puede esperarse una actitud de espera.

Desde hoy mismo, irá por ello, aunque la competencia es enorme porque muchos jugadores se sienten ganadores. No solo son Woods y Mickelson, también Bubba Watson, que tiene 39 años, llega con dos victorias este año a un torneo que ha ganado dos veces. Ian Poulter, de 42 años, logró el pasado domingo su primer título desde 2012 y será un hombre a tener en cuenta si mantiene la inspiración en los greenes.

Justin Rose, Jason Day, Paul Casey, son otros jugadores fuera de los nombres más citados que ya han ganado este curso y que han tenido buenas actuaciones en Augusta. También Jordan Spieth, que llevaba un año discreto, llega con su reciente tercer puesto en Houston como tarjeta de presentación en busca de su segundo Masters. Jon Rahm está a la altura de todos ellos, pero el primer major del año no entiende de favoritos. En los últimos once años ha habido diez campeones diferentes y unas cuantas sorpresas.

Sergio García. Aspira a repetir título, algo que solo tres jugadores han logrado: Jack Nicklaus, Nick Faldo y Tiger Woods.

Número 1. Tres jugadores pueden salir de Augusta en lo alto del ranking mundial: Dustin Johnson, Justin Thomas y Jon Rahm.

Tiger Woods. Diez años han pasado desde que ganó por última vez en Augusta.