el viento, fuerte, musculado, altera el paisaje. Cimbrean los árboles, tiritando entre las ráfagas del viento sur desmelenado en los estertores del invierno. Ulula el bosque. Sollube es un túnel de viento a plena potencia al que da voz un perro que ladra como si quisiera asustar al viento. En las rampas de Sollube, el paso fronterizo a Bermeo, se conservan intactas la memoria de las bicis, calientan el organismo Pello Bilbao (Gernika, 1990) e Igor Antón (Galdakao, 1983). Suben ambos acompasados. Un café veloz, mientras Pello Bilbao ajusta la bicicleta, en Mungia les sitúa en la lanzadera que debe impulsarles a Almike, uno de esos muros que embosca la geografía vasca, con ese aire hosco y abrupto que llena de aristas el perfil de la segunda etapa de la Itzulia entre Zarautz y Bermeo. Almike es una novedad para la carrera a la que le gustan las trampas y lo inesperado. En la cuesta que nace desde Bermeo, meta del segundo día de la ronda vasca, tintinea el calvario.
El descubrimiento de Almike, la cara B de Sollube, con rampas narigudas que en ocasiones alcanzan el 20% de desnivel, se posa en la terraza de Bermeo, con vistas al mar. A Almike se entra la rotonda del Artza. La rampa alza el cuello cuando se abandona el barrio donde reposa una iglesia, un resuello tras la primera tirada, más suave, más liviana. Tiene la carretera el paladar de salitre y la vertical de esos puertos más cortos que largos pero que tachonan a los corredores al asfalto. Una subida a cámara lenta. Dura. Tensa. Hiriente. Allí asoman los eucaliptos. La carretera se yergue y los riñones se aprietan en un desfiladero estrecho.
La subida a Almike se adentra por un camino vecinal. El asfalto es bueno, pero al camino le falta margen, -con público apenas podrán pasar 2 o 3 corredores a la vez- entre la naturaleza salvaje. A los corredores no les sobra aire. Pello es la avanzadilla. Sube rápido. Concentrado. Como aquella vez en juveniles. Igor Antón, más pausado, también se recuerda enfrentándose a Almike. “Y 18 años después aquí estoy”. En el mismo lugar, Pello Bilbao e Igor Antón descansan las pulsaciones subiéndose la cremallera para abrigarse de la intemperie de un puerto que creen que “dejará huella”. Entre la cima y el calor de un cafetería que recompensa el esfuerzo charlan de su regreso a Almike, de la Itzulia y de Juego de Tronos.
-Pello Bilbao: Conocía la subida porque antes se hacia una cronoescalada hasta la mitad, hasta el barrio de Almike, en juveniles.
-Igor Antón: Ahí tuve yo el récord.
-Pello: Ah, sí, pues te lo quité yo (risas de ambos). Por lo menos me dijeron que rompí el récord.
-Antón: Pues me lo rompiste a mí entonces, je,je,je... Esta una subida mítica del País Vasco y se puede liar, pero faltando 50 kilómetros a meta va a influir más en el desgaste que en una gran selección.
-Pello: Lo que haría falta es hacer todo la costa sin bajar a Mungia para no dejar respirar a la gente.
-Antón: Si metes este Almiketxu, que es duro, y seguido metes San Pelaio sería más espectacular, seguro. Con el llano hay más papeletas para que entre gente y se abra el abanico.
-Pello: Todo depende también de cómo venga la carrera. Se viene por toda por la costa. Si la carrera va rápida y la gente va con tensión, más si cabe en una entrada estrecha como esta, solo por la inercia, se puede romper aquí. En el tramo más estrecho de la subida pasaremos tres o cuatro corredores y eso sin público.
-Antón: El problema es el embudo que se pueda generar abajo, ya desde Bermeo, desde la rotonda. Se va a entrar a fila de a uno. Luego, el tramo ese del que habla Pello es tan estrecho que entraremos muy pocos corredores. Y puede que haya algún enganchón lo que significa parar, echar pie a tierra y volver a arrancar. En ese tiempo se ha hecho un corte.
-Pello: Con el tramo llano de Mungia puede ser que la gente no se anime aquí para atacar. Es una pena.
-Antón: Si se hiciera seguido Almiketxy y San Pelaio, sería mejor.
-Pello: En esta etapa se puede hacer una buena selección, dependerá de cómo se corra, pero terreno hay para que pase algo. Una selección en la que entren 15 o 20 corredores con opciones.
-Antón: En el final hay una encerrona, hay unas curvas complicados.
-Pello: Nada, nada,? (risas). No vamos a dar pistas. De cara a disputar la etapa, esta y la primera, la de Zarautz, son buenas opciones. Pero también es verdad que hasta que se haga la selección de los de la general también es complicado porque tienes que tener mucha pierna.
-Antón: Es muy difícil que llegue una escapada en el País Vasco. Gente como Pello o Omar (Fraile) pueden llegar desde el pelotón, pero luego entra en juego cómo te sitúas en ese final. En la Itzulia no hay etapa fácil. Todas son de agárrate que vienen curvas.
-Pello: Esta etapa es fácil, de transición. Je,je,je...
-Antón: La gente puede ir tranquila detrás en el pelotón? comiendo y bebiendo (más risas).
-Pello: Nada, que esperen a los últimos diez kilómetros.
-Antón: Aquí para que un equipo haga daño se tiene que anticipar a lo que pueda ocurrir.
-Pello: No es fácil?
-Antón: Movistar o Sky tienen equipo para hacer daño. Lo que pasa es que el nivel es tan alto que hacer diferencias en el ciclismo de hoy en día es muy complicado. Hasta el último día siempre hay gente con opciones. En la Itzulia hay unas etapas del copón, pero hasta el último día hay gente que tiene posibilidades. La de Almike es una etapa durísima.
-Pello: Además están las bonificaciones, que lo complica un poco más. Será más difícil cazar una etapa porque la gente de la general también querrá tomar ventaja, llegar y disputar. Es un plus.
-Antón: A mí etapas como esta me gustan. Con muros y rampas con mucho porcentaje creo que gana el espectáculo. Es lo que mueve a la gente. Aunque para nosotros pueda ser un fastidio, es lo que atrae. En Aia casi no puedes ni subir.
-Pello: Aia es un poco extremo, incluso los desarrollos que llevamos se pueden quedar cortos, pero para el espectáculo es bonito. Parece que los ciclistas pasan en cámara lenta por delante del público y ahí el aficionado es donde puede disfrutar más. Para buscar el espectáculo parece que hay que llevar las cosa un poco al extremo y en ese sentido, a veces, los ciclistas nos quejamos. En el País Vasco al final por el terreno que tenemos está justificado meter ese tipo de muros, porque es nuestro terreno, donde entrenamos y muchas veces me suelo meter por ese tipo de carreteras. El que viene aquí, sabe a lo que viene.
-Antón: Para subir Almike hará falta un piñón de 28 o 30.
-Pello: Con cambiar el piñón será suficiente.
-Antón: He subido con dificultad pero llevaba un desarrollo normalito.
-Pello: Un 32 atrás y mantener el plato.
-Antón: Un plato normal, de 38 ó 39 dientes. No hay que meter el compac ni nada de eso.
-Pello: El compac es demasiado porque la rampa no es tan larga. Sí que hay rampas buenas, pero no es una rampa supercontinuada, que te vaya a reventar? pasas la rampa y luego puedes recuperar, no es un Angliru.
-Antón: La bonito de esta etapa es que pasas dos veces por Bermeo, la primera pasada y luego meta. Para los espectadores es de cine. Ves el primer rampón y da tiempo más que de sobra para ver luego el final de etapa. Es una buena idea.
-Pello: Si llueve puede haber algún resbalón en la rampa. No es una carretera de cabras, por ese parte no creo que haya muchos problemas. La mayor dificultad siempre es la velocidad, más que las rampas. En este caso los nervios que llevamos los ciclistas y la intensidad con la que entramos al puerto hace más daño que el puerto en sí. Si entras a tope en un puerto así, que tiene rampón?
-Antón: No es que se vaya buscar tensar, lo que pasa es que el propio momento de la carrera influye el que se vaya fuerte. El que va primero no va tirando para atacar si no por tener la posición y el que va detrás tiene que ir más fuerte para no quedarse, se crea un efecto de acordeón. En el inicio de la subida todos vamos a tope, al 100%. Es un puerto que va a dejar huella.
-Pello: Almike son tres kilómetros pasados, no es largo.
-Antón: Es una subida de menos de 15 minutos. Pero una que pase de 10 minutos es el punto de inflexión para hacer daño, para eliminar gente.
-Pello: El público estará volcado y habrá paso para dos ciclistas y poco más.
-Antón: Cuando dijeron lo de Almike, que corrí siendo juvenil, hace 18 o 20 años, y estar ahora aquí como profesional, es un sueño.
-Pello: A mí me hizo especial ilusión porque Urdaibai se había olvidado en la Itzulia y que Bermeo se haya metido en el ajo con una etapa con doble paso por Bermeo? Me encantó la idea. Yo siempre estoy motivado para hacer la Itzulia, pero este año, lo estoy especialmente por esa etapa. Creo que han buscado un recorrido interesante y cada día tiene su trampa.
-Antón: No hay que olvidar tampoco lo mediático de esta etapa con San Juan de Gaztelugatxe, con la fuerza que ha cogido con los de Juego de Tronos. Son paisajes idílicos que se podrán ver a través de la televisión por todo el mundo. Hay que vender país. Eso puede atraer turismo.
-Pello: La suma entre Almike y San Pelaio va a hacer muy dura la etapa. Pero es que es todo el día por la costa. Es un terreno que no te deja respirar, ni relajarte, ni ir tranquilo. Eso es lo que va hacer que se vaya a llegar con las piernas tostadas a Almike. Si allí alguien se anima a poner algo de ritmo, la carrera se podría romper. Es un etapa corta, explosiva. En cualquier momento se enciende la chispa.
-Antón: Es una etapa de espectacular, no solo por lo competitivo, sino también a nivel paisajístico. La costa es para disfrutarla. Para mí es lo más bonito que hay, pero es un terreno durísimo. No va a haber respiro.
-Pello: Se hace por mi zona de entrenamiento al completo. Es por donde suelo salir, por la parte de Lekeitio, luego Bermeo, Bakio? A mí siempre me gusta tirar para la costa, pero esto es muy duro.
-Antón: El que viene aquí sabe lo que le espera.
-Pello: La gente que viene a la Itzulia se preocupa especialmente de enterarse muy bien de cómo es el recorrido; saben que hay trampas. Tácticamente da mucho juego y tener la carrera bien trabajada en cuanto a estrategia, se nota.
-Antón: Es una carrera para directores. Nosotros tenemos a Bingen Fernández y eso es un plus, porque conoce muy bien las carreteras.
Una de ellas les llevará a Almike.