Madrid - La delegación española paralímpica, formada por el esquiador Jon Santacana y su guía Miguel Galindo y por los riders de snowboard Astrid Fina y Víctor González, fue despedida ayer en un acto, presidido por la infanta Elena, en el Consejo Superior de Deportes antes de poner este martes rumbo a Corea del Sur, donde disputará los Juegos Paralímpicos de PyeonChang del 9 al 18 de marzo.
La infanta, junto al ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete, y numerosos representantes de empresas del Plan Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico (ADOP), despidió al equipo español. Un combinado formado por Santacana y Galindo, miembros de la Federación Española de Deportes para Ciegos, y Astrid Fina y Víctor González, con movilidad reducida, de la Federación Española de Deportes de Invierno.
Jon Santacana, emocionado El esquiador guipuzcoano, que ya acumula ocho medallas paralímpicas acompañado de su guía Galindo, afronta los Juegos con “la misma ilusión” y con ganas de “dejar hasta la última gota de energía”. “Son los quintos Juegos ya, pero los afrontamos con la misma emoción e ilusión, y dispuestos a dejarnos hasta la última gota de energía”, declaró un Santacana que tan solo estuvo sin Galindo en su primera participación olímpica en Salt Lake City 2002. “Las cosas están difíciles. Canadá, Estados Unidos, Italia y Eslovaquia están muy bien preparados y cuentan con grandes corredores. No somos los favoritos pero sí estaremos en el grupo de cabeza”, añadió. Su guía Galindo destacó la buena pretemporada para los Juegos. “Los hemos preparado mucho y bien. La pretemporada ha sido buena, con buenas sensaciones. Vamos a desgastarnos y darlo todo. Nos conocemos bien, la relación (con Santacana) es buena para seguir mejorando”, dijo.
“Investigar sobre el nuevo medio comunicación entre nosotros nos dio un salto de calidad y fue un punto de inflexión”, declaró un Galindo que transmite la información necesaria a Santacana, con deficiencia visual, a través de un sistema de bluetooth, en lugar de gritando como hacían previamente.- Efe