Duración: 55:22 minutos de juego.

Saques: 2 de Bengoetxea VI (tantos 9 y 19) y 3 de Ezkurdia (tantos 2, 12 y 14).

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 442 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 9 de Bengoetxea VI, 1 de Larunbe, 9 de Ezkurdia y 4 de Zabaleta.

Errores: 2 de Larunbe, 5 de Ezkurdia y 5 de Zabaleta.

Marcador: 1-0, 1-1, 2-5, 2-6, 3-6, 3-7, 4-7, 6-8, 7-9, 7-10, 8-10, 10-10, 15-11, 16-12, 19-13, 20-16, 20-17, 21-17, 21-18 y 22-18.

Botilleros: Ejercieron de botilleros José Ángel Balanza ‘Gorostiza’ (con Bengoetxea VI-Larunbe) y Jon Apezetxea (con Ezkurdia-Zabaleta).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de la liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Burunda de Altsasu. Buena entrada. En el primer partido, Arretxe II-Iturriaga ganaron a Darío-Irusta (22-19).

altsasu - Cuando la fase de cuartos de final del Parejas comienza a languidecer, en pleno epílogo, Oinatz Bengoetxea y Mikel Larunbe encontraron el camino. Lo hicieron ayer en el frontón Burunda de Altsasu en una cita muy bien planteada y disputada, en la que cerraron el partido con una actuación completa, uno de los debes del dueto finalista de 2017 en la presente edición. El despertar tardío de los de Asegarce arrojó luces a un binomio cargado de razones sobre el papel el pasado diciembre, cuando se presentaron las combinaciones aspirantes a la txapela, pero que ha sufrido los vaivenes de las molestias en las plantas de los pies del delantero de Leitza, cuestión capital a la hora de sumar sobre la cancha en una competición basada en las leyes matemáticas. A Bengoetxea VI, verso suelto, hombre de corazón, los pies le han traído por la calle de la amargura, secuestrándole el genio en el movimiento y cercenando la chisposa actitud de su despliegue.

En la cancha de Sakana, Oinatz y Larunbe mostraron una versión sobria y destacada ante una combinación instalada ya en la liguilla de semifinales del Parejas. La solidez fue el cimiento necesario para poner a arrancar la maquinaria. Suficiente. Encontraron, quizá, su mejor imagen del campeonato. La alarma les ha sonado demasiado tarde. En la victoria de artesanía sobre dos manistas de potencial inopinado, Oinatz estuvo acertado y duro.

Por su parte, Ezkurdia y Zabaleta, un martillo pilón en los primeros compases, volvieron a acusar la inestabilidad. Es un problema que empieza a enquistarse. Si bien acumulan momentos de genio, pelotazos de quilates incontables, los errores acaban por restarles méritos y meten a los adversarios en juego. La distancia conseguida en un descorche espectacular del pegador de Etxarren, inspirado, abrieron la intrascendente contienda con un 1-5 que ponía la brújula en el lado azul. Tras el 2-6 -un gancho de Ezkurdia milimétrico y estupendo-, se vino la vuelta. Coincidieron dos cosas: el aumento de regalos azules y una gran reacción de Bengoetxea, más puesto según avanzaba el traqueteo. Y los colorados atropellaron el partido. Sonó el gong. Estuvieron 6-7 y 7-10. Oinatz y Larunbe pelearon para sellar la revolución. Sólidos y peleones, cemento armado, derrumbaron a sus contrincantes. Una tacada de ocho tantos rompió la cita. 15-10. La inseguridad azul cosió el resto.