Atlético Madrid3 - Las Palmas0

ATLÉTICO: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Lucas; Correa (Min. 82, Thomas), Gabi, Saúl, Koke (Min. 46, Carrasco); Griezmann y Torres (Min. 80, Vitolo).

LAS PALMAS: Chichizola; David Simón, Gálvez, Ximo Navarro, Dani Castellano (Min. 80, Erik Expósito); Gabriel Peñalba; Hernán Toledo, Tana (Min. 58, Vicente), Viera, Jairo (Min. 61, Nacho Gil); y Calleri.

Goles: 1-0: Min. 61; Griezmann. 2-0: Min. 72; Torres. 3-0: Min. 88; Thomas. Árbitro: Álvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonestó al local Saúl y a los visitantes Ximo Navarro y Gálvez.

Incidencias: vigésimo primera de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 55.363 espectadores.

Madrid - No se puede entender el Atlético sin la contra, su razón de ser, más si cabe cuando su fútbol filtrea con la intranscendencia cuando le dan la pelota y le niegan los espacios. Al Atlético le falta palique en el Metropolitano. Tras tres partidos sin ganar; dos de Copa, noqueado por el Sevilla, y uno de liga, cuando no pudo contra el Girona, el Atlético necesitaba rehabilitarse y recomponer su autoestima. No son los jugadores del Cholo unos finos estilistas que adoren asociarse. Sin las carambolas de Filipe Luis por el costado izquierdo, el Atlético se instala en la rutina, escaso de fluidez y luz en la mesa de ingeniería. Lo del Atlético es el aire marcial, la pierna fuerte y la conquista de terreno a los bravas, corriendo como los colonos que clavaban banderas en el lejano oeste. Con Diego Costa recluido en la celda por amonestaciones, y Gameiro tachado de la lista por una mala noche, el Atlético se encomendó a Antoine Griezmann, su mejor futbolista, y Fernando Torres, su mejor embajador, el chico de las pecas rojiblancas para agarrar un triunfo que le reafirma como el rastreador más próximo del Barcelona. Hasta que encontró el abrelatas del francés, una hora después de que sonara el himno, los colchoneros no abrieron huella, embarrancados ante Las Palmas, que juega con la soga al cuello.

El equipo de Paco Jémez apretó en la presión y cortocircuitó el cuadro de luces del Atlético, en precario cuando se trata de gobernar el partido a través de la pelota. Se amontonó la monotonía. No era capaz el equipo madrileño de superar la barricada táctica dispuesta por Jémez, que dejó la temeridad en el banquillo, también el colmillo. En esa sombría primera mitad, solo la linterna de Griezmann alumbró una genialidad con un remate delicioso con el tacón derecho, a centro desde la banda derecha de Juanfran, que se estrelló contra la cruceta. Las Palmas tampoco pisó con demasiado garbo las zonas erógenas del Atlético. Si bien el grupo del Cholo es más poroso que antaño continúa defendiéndose con sabiduría. No temió ante los canarios, ordenados y decorosos, pero sin filo y escasos de ambición. Transcurría el duelo con ese deje que dejan las hojas al caer de los árboles en otoño.

griezmann abre el camino Se acumulaba el óxido en el Atlético, que necesitaba un agitador, alguien capaz de remover un guion escasamente hilado. Simeone optó por dar carrete a Carrasco y mandó al banco a Koke, que navega sin brújula, con un fútbol ojeroso y emborronado, a varias lunas de su mejor versión. Dominaban los rojiblancos, nada estupendos, por otra parte. Entonces dieron con el antídoto a sus males, con su santo y seña: la bendita contra. Un estilo de vida. Con un pase rápido al espacio y al contragolpe de Juanfran que llevó Griezmann hasta la otra portería. Corrió Griezmann y se deshizo de su marcador en la carrera para despachar después a Chichizola con un remate exquisito y sutil. Picando la pelota con el exterior se su zurda. Agrietados los canarios, el Atlético hizo palanca con otro contragolpe, que impulsó Griezmann, que pasó por Correa y que coronó Fernando Torres para sentenciar. Thomas se sumó a la fiesta con otro gol amasado en una contra, el alivio del Atlético.