Aunque la selección española de balonmano debutó en el Europeo de Croacia con una contundente victoria ante la República Checa (32-15), lo cierto es que hoy busca sus primeros puntos de verdad, esos que cuentan para la segunda fase del campeonato. Y es que, salvo que el primer adversario de España en el torneo sufra una transformación poco probable y los otros dos equipos del grupo D, Hungría y Dinamarca, se alejen (y mucho) de su mejor nivel, se puede decir que el combinado de Jordi Ribera se aseguró en su debut el pase a la siguiente ronda, a la que acceden los tres primeros de cada uno de los cuatro grupos.

Por todo esto, es esta tarde cuando empieza la competición de verdad para España, que se mide a Hungría, un rival que le va a poner a prueba. En teoría, además, con dos puntos en juego para la próxima fase, ya que se presupone que los contendientes del duelo de hoy van a superar sin problemas la ronda inicial y el resultado del choque será valedero en el futuro.

Después de despejar las dudas propias que genera un debut en una competición de tanto calado como lo es el Europeo (mucho más exigente que un Mundial), España afronta su segundo partido ante un rival de cuidado. A los pupilos de Jordi Ribera, que ayer mismo reclutó a Aitor Ariño en sustitución de Ángel Fernández (el extremo del Logroño se lesionó la rodilla contra la República Checa), les espera una selección magiar cuyo máxima virtud reside en una dura defensa que va a poner a prueba el juego combinativo de España.

Hungría alcanza la cita después de perder en su estreno contra la actual campeona olímpica, Dinamarca, por lo que llega más necesitada que una España que necesitará de una buena aportación de su portería y de mucha velocidad para superar con éxito su primer gran test en el Europeo.