Vitoria - El temporal de nieve caído este fin de semana en Álava impidió finalmente que los tres equipos alaveses de Tercera División comenzaran el 2018 compitiendo. Y es que a la suspensión el pasado sábado del Beasain-Amurrio se unió ayer las del Deportivo Alavés B-Getxo y el Aurrera-Balmaseda. Apenas cinco o seis centímetros de nieve en Ibaia y Olaranbe fueron motivo más que suficiente para que ambos duelos quedaran suspendidos una hora y media antes de su disputa prevista. Al parecer, según reflejó el acta del colegiado del partido que debía jugarse en las instalaciones de Puente Alto, “no se garantizaba la integridad física de los futbolistas”, de ahí que de común acuerdo entre ambos equipos, se decidió suspender el partido. Con ese ligero manto del blanco elemento el balón no rodaba ni tampoco botaba por lo que resultaba inviable jugar un partido de fútbol. Tanto a los albiazules como a los rojillos no les pilla de nuevos esta situación durante el presente curso. Y es que a comienzos del pasado mes de diciembre les pasó lo mismo con la anterior nevada que se dio en Vitoria. Entonces tuvieron que posponer sus duelos ante Sestao y Sodupe, respectivamente, disputándose varias semanas después y antes del parón navideño. Tras la suspensión de ayer habrá que esperar a ver cómo evolucionan durante esta semana los campos de las dos instalaciones deportivas, no ya sólo para jugar sino también para entrenar, y a partir de ahí tratar de cuadrar con los dos rivales vizcaínos la fecha de celebración de dichos emparejamientos. Porque son en principio los clubes quienes fijan una fecha nueva. Llegado el caso de que no se produzca un acuerdo sería la Federación Vasca la que tomara cartas en el asunto.
odisea del amurrio para volver En ese sentido, Beasain y Amurrio decidieron ayer que será pasado mañana, miércoles 10 a las 20.00 horas, cuando diriman el compromiso que el sábado se aplazó por la nieve acumulada en Loinaz. “Allí mismo empezamos a sondear la opción de jugarlo cuanto antes y esta mañana lo hemos cerrado”, confirmaba ayer a este periódico el entrenador alavés, Javier Pereda. Todo ello, claro está, si el tiempo no empeora durante las próximas horas. Los dos técnicos quieren enfrentarse cuanto antes para no cargar luego a sus futbolistas de más partidos tras el parón de quince días que acaban de tener. El conjunto de Basarte vivió una odisea el sábado por la tarde, a su regreso de la localidad guipuzcoana. Lo que a la ida fue un viaje de una hora y cuarenta y cinco minutos a la vuelta se convirtió en seis horas. Y es que a mitad del Puerto de Etxegarate se quedaron atascados. La propia plantilla amurrioarra se bajó del autobús para empujar a algunos coches y así liberar el tráfico pudiendo actuar entonces los quitanieves. Después tuvieron que dar media vuelta y regresar hasta San Sebastián para de ahí dirigirse a Eibar y subir luego a Vitoria para dejar a los jugadores que residen de la capital alavesa y más tarde llegar a la localidad ayalesa. “Fue algo tremendo. Nunca antes me había pasado algo así”, narraba el preparador laudiotarra.