Dos leyendas que regresaron a lo más alto y quieren seguir ahí, otra leyenda que pretende recuperar el sitio perdido, dos ganadores de Grand Slam en busca de más oportunidades y un montón de jóvenes aspirantes a lo máximo. Nadal, Federer, Djokovic, Murray, Wawrinka, Thiem, Zverev, Dimitrov, Rublev, Shapovalov... Muchos alicientes para esperar con ansia el nuevo año tenístico, pero desde hace un tiempo son las lesiones las que marcan el desarrollo del circuito de la ATP, exigente al máximo y que castiga al ausente con la pérdida de los puntos ganados el año anterior. Por eso, es la salud la prioridad de todos, por encima de luchar por ese número 1 del mundo que ahora mismo es propiedad de Nadal y que no sería raro que volviera a cambiar de manos porque se antoja complicado que Nadal y Federer mantengan el nivel de 2017.

El de Manacor pagó la factura de un año espléndido en el que jugó diez finales hasta que su rodilla dijo basta. La misma que aún le está dando problemas y le ha llevado a aflojar el ritmo de entrenamientos y a borrarse del torneo de exhibición de Abu-Dhabi que se juega desde este jueves al sábado y al que llevaba nueve años sin faltar. “Necesito ajustar mi calendario, debo tomármelo de forma diferente porque el año anterior fue duro”, confiesa Nadal, que debutará, si no hay más contratiempos, la semana que viene en Brisbane y que defenderá en el Abierto de Australia su puesto de finalista del año pasado. El tenista balear quiere enfocar sus esfuerzos a los grandes torneos, aunque hay citas de menor rango con las que también se siente comprometido y su espíritu ganador le impulsa a competir siempre al máximo.

Es la misma ruta que siguió Roger Federer la pasada temporada y que el suizo, ahora número 2 del mundo, repetirá en 2018, en el que ya ha anunciado que tampoco va a estar en la gira europea de tierra ni en Roland Garros. “El año pasado fue como un cuento de hadas”, ha reconocido el tenista de Basilea, que debutará desde el próximo lunes en la Copa Hopman, un torneo mixto por naciones en el que puede prepararse sin presión.

djokovic, al acecho 18-19 torneos pueden parecer pocas oportunidades de disfrutar de los más grandes, pero a Nadal, por ejemplo, le salieron el año pasado 78 partidos en distintas superficies y eso no hay cuerpo humano que lo aguante. Y les ha pasado a todos, también a Djokovic y Murray, que a finales de 2016 parecían indestructibles. El serbio está ya recuperado de sus problemas en el codo y volverá en Abu-Dhabi desde el puesto 12 del ranking mundial. Pero la gran pregunta con el de Belgrado es cuánta será su motivación, cuánto instinto competitivo ha perdido en estos meses y cuando ya ha entrado en la treintena. Si la respuesta a ambas es mucha, Djokovic volverá a estar en las finales. “Hay mucho trabajo por hacer, pero lo afronto con entusiasmo”, ha asegurado durante la pretemporada.

El escocés, que tocó techo hace poco más de un año y ya ha cumplido también los 31, es ahora el 16 del mundo y su futuro se tiñe de gris porque pende sobre él la posibilidad de tener que pasar por una intervención en la cadera que le tendría otros seis meses fuera de las pistas. La presencia de Murray en el Abierto de Australia no está, desde luego, asegurada.

Wawrinka, Raonic o Nishikori también acabaron 2017 en el dique seco y estarán de vuelta sin ningún objetivo inmediato que no sea volver a mostrarse competitivos para tratar de regresar a las rondas finales de los torneos y al Top 8 de la ATP. Ellos también se apuntan a seleccionar sus apariciones, a no derrochar esfuerzos. Eso abrirá más opciones a los que han llegado desde abajo, a esos Zverev, Dimitrov, Thiem, Goffin, Carreño o Pouille que llaman a la puerta, y si todos están en buenas condiciones, el espectáculo puede elevarse a cotas excelsas porque la competencia será enorme. Por eso, los aficionados al tenis solo piden para el año nuevo salud para sus favoritos.