vitoria - Posará Mikel Landa (Murgia, 13 de diciembre de 1989) mañana en Madrid con el maillot del Movistar, su nueva piel, para, al menos, los dos próximos años. El ciclista vasco más importante del pelotón llega a su nuevo equipo, -precisamente el día de su 28 cumpleaños-, en calidad de líder y como fichaje estrella, cargado de ilusión. Ambicioso, después de su cuatro puesto en el Tour de Francia, donde se quedo a un solo segundo del podio, Landa pretende su asalto.
Se presenta mañana con el Movistar. ¿Ilusionado?
- Sí, mucho. La verdad que cambio de equipo otra vez y no deja de ser una novedad, pero tengo muchas ganas de que empiece la temporada.
¿Por qué eligió Movistar entre las numerosas y jugosas ofertas que tuvo?
- Bueno, Eusebio Unzué (mánager de Movistar) siempre ha tenido mucho interés en mí, desde que despunté con el triunfo en Lagunas de Neila. Desde entonces todos los años se ha interesado por mí. Por un lado estaba su interés y por otro lado la trayectoria de su equipo, un equipo experto en carreras de tres semana, lo que me ha llevado a decantarme por la oferta del Movistar.
La explosión en el Tour le situó en el mejor escaparate. Se le amontonaron las ofertas. ¿No le hizo pensárselo más?
- Sí y no. Tenía muy claro que había muchos equipos interesados en mí, pero quería seguir creciendo. Corrí el Tour bajo las órdenes de Froome. Quería tener una oportunidad para ser yo el líder y un equipo que me diera las garantías suficientes para no dudar y de ahí viene la elección del Movistar.
Ha compartido con sus compañeros una pequeña concentración. ¿Cómo fue la toma de contacto?
- Ha sido muy fácil. Tanto en el Astana como en el Sky he estado a gusto, pero no ha sido mi entorno. Por mucho que aprendas el idioma, la forma de ser siempre es diferente y aquí me he encontrado a gente mucho más de mi carácter. La primera toma de contacto ha sido muy positiva.
Llega como el fichaje estrella del Movistar. ¿Qué espera de usted el equipo?
- Eusebio me quiere mirando un poquito hacia el futuro, pero me quiere ya y sacar lo máximo de mí en 2018. También sabe que podemos tener una relación larga. En ese aspecto quiere sacar lo mejor de mí durante años.
Después de ser podio en el Giro y cuarto en el Tour, entiende que las expectativas con usted son máximas.
- Sí. También lo es mi autoexigencia. Veo dónde puedo estar y creo que puedo hacerlo todavía mejor. Soy el primero que se exige estar lo más alto posible.
Tendrá una mayor responsabilidad. ¿Eso le asusta o le estimula?
- Más que como una responsabilidad lo veo como una oportunidad. Es una oportunidad para estar en las mejores carreras y no pienso en la responsabilidad, más bien en aprovechar la oportunidad y apoyarme en el equipo para dar todo lo que tenga.
Desde luego, siendo líder, no habrá excusas.
- Eso es. Tengo ganas de que sea un año en el que no pueda haber motivos para las excusas. Bien sea porque me he caído o enfermado. Quiero estar al 100% y ver dónde puedo estar realmente.
¿Cuál será su calendario?
- No lo sé todavía. Es algo que no me quita el sueño, pero sí que le estoy dando vueltas yo mismo y con el equipo. A ver si para enero lo tenemos decidido. Es verdad que está el Giro, que es una carrera que siempre me ha gustado, pero lo que me ha dado el Tour este año... Tengo ganas de volver e intentar hacerlo mejor.
¿En estos momentos, que quiere correr usted?
- Ahora mismo quiero correr el Tour después del gran sabor de boca que me dejó. Mi intención es volver y correrlo mirando por mí, haciendo mi carrera. Pero bueno, habrá que ver si es posible y que sea lo mejor para el equipo y para mí.
Quintana se ha señalado como líder para el Tour. En el caso de que usted vaya, lo hará también como líder.
- Sí, en ese caso, supongo que él tiene más experiencia y cogerá las riendas, pero creo correremos en igualdad de condiciones. No tengo ninguna duda en ese aspecto. El equipo nos pondría en el mismo nivel. Lo importantes es que el Tour se lo lleve Movistar. No seríamos tan individualistas de olvidarnos de eso y correr para nosotros mismos.
¿Descarta entonces un Landa contra Quintana?
- Sí. Seríamos buenos aliados. Para hacer frente al Sky de Froome, el equipo que ha dominado el Tour en los últimos años, hace falta una alianza.
Durante el pasado Tour de Francia dijo que volvería al Tour pero como líder, que no iría a trabajar para otros si usted es el más fuerte. ¿Sigue manteniendo la misma idea?
- Sí. Ya vi lo que me pasó en el pasado Tour. Ha llegado el momento de probar a hacer mi carrera siempre que las circunstancias lo permitan.
¿Frenará si se lo piden?
- Si he perdido tiempo, igual tengo que frenar. Pero si no he perdido nada de tiempo, no frenaré.
¿Cómo será la cohabitación de líderes en el Movistar?
- No lo sé. No me preocupa. Sé que Nairo está muy comprometido con el equipo y yo cuando estoy en el equipo, soy muy del equipo, eso lo tengo claro. Haremos lo que sea mejor para el Movistar.
Froome se apunta al Giro. Usted siempre ha dicho que es la carrera que más le gusta. ¿Se enfrentará a el?
- Me gustaría un enfrentamiento con él, pero ahora tengo más reciente el pasado Tour y tengo ganas de volver. No solo por él. Hay más rivales, como Bardet, Rigoberto Urán... y me apetece mucho pelear con ellos.
¿Qué le parece el recorrido del Giro de Italia?
- Duro. El Giro siempre es duro, pero con esa contrarreloj de 35 kilómetros totalmente llana a los escaladores nos asusta un poco. Habrá que ver si con los finales en alto que hay son suficientes para conseguir ventajas.
Vamos, que lo que le estimula es verse con él en el Tour.
- Sí. Ahora mismo lo que me pone es correr el Tour. El pasado Tour fui a trabajar para Froome y trabajando para él acabé cuarto. Eso me obliga a volver corriendo para mí.
Hay quien piensa que si el británico corre el Giro es mejor esperarle en el Tour, cuando llegue más gastado. ¿Sería la gran oportunidad para superarle?
- Sí. Si nos fijamos en lo que ha pasado con los últimos ciclistas que han intentado ganar las dos carreras, todos han llegado al Tour con ese plus de fatiga del Giro. Es difícil llegar después al 100% y quiero pensar que esa sería una gran oportunidad.
Corrió Giro y Tour. ¿Es posible vencer ambas carreras?
- Si tienes las piernas que he tenido esta campaña, igual sí, pero no lo sé. Las grandes vueltas suponen mucho desgaste. Posible es, ahora, quién lo ha haga y cuándo lo haga, eso no lo sabemos.
Usted conoce de sobra al británico y a su equipo, el Sky. ¿Son batibles?
- Sí, creo que sí. Con la nueva norma de que se correrá con un corredor menos por equipo, tal vez haya más opciones de hacerles daño.
Movistar ha perdido a Jonathan Castroviejo y a los dos hermanos Izagirre, ¿se ha debilitado el equipo o es suficiente el potencial para hacer frente al Sky?
- Buenos, es cierto que el Movistar ha tenido bajas importantes, pero los corredores jóvenes están progresando mucho y están andando a buen nivel. No me preocupa en exceso. Una de las cosas por las que elegí este equipo es que temporada tras temporada, pase lo que pase, siempre es capaz de tener un equipo de garantías. Este año no a ser menos y tendremos un equipo competitivo.
Se quedó a un solo segundo del podio de París. ¿Le sigue dando vueltas al tema?
- Lo pienso más que antes. Durante el Tour estuve en una burbuja y no le di más vueltas. Pero ahora que ha pasado el tiempo y sabes lo que cuesta volver a estar a ese nivel, sí que me acuerdo. Me gustaría fardar de un podio del Tour... je,je,je. Visto por otro lado también es bueno porque eso me motiva para volver con más fuerza.
¿Usted piensa realmente en el podio o en ganar el Tour?
- Yo pienso en ganar el Tour. Eso lo tengo claro. Luego, no sé dónde me quedaré: si primero, tercero o séptimo, pero vamos con la idea de ganar. Después ya se verá qué pasa.
¿Qué paso para que no renovara por el Sky?
- No lo sé. Fueron muchas cosas. Mi forma de ser y de trabajar no era muy acorde con la de ellos y eso, tal vez, me quemo un poco en el día a día. El no haber tenido la oportunidad de ir como líder al Giro a mí me dio que pensar. Siempre iba a haber alguien que me iban a poner a la par, aunque hubiese demostrado más que otros.
FreeLanda es su marca. Es de los que dice lo que piensa y en el Tour se generó cierto debate respecto a su relación con su equipo. ¿Se considera que es un ciclista polémico?
- No, pero sí es verdad que estoy en todos los fregados. Lo de FreeLanda lo crearon mis propios compañeros: Froome y Kwiatkowski. Era una chorrada que solían decir ellos. Es más, yo nunca me he quejado de lo que me pasó en el Tour. Para mí hubiese sido injusto hacer mi carrera para que Froome no ganara. Sabía que iba a trabajar para él. Me hubiese encantando que el equipo me hubiese ayudado a hacer podio, pero respecto a Froome sabía a lo que iba, que era a trabajar para que él ganara el Tour. No me he quejado ni antes ni después. En ese aspecto nadie me puede decir nada. Creo que soy honesto.
¿Piensa que ha sido una polémica inflada por los medios de comunicación?
- Igual sí. Había mucha prensa española que fue siguiendo a Alberto Contador y no le salieron las cosas como quería. Había falta de carnaza y me cogían a mí en caliente y luego sacaban lo que sacaban.
Ha crecido exponencialmente en los últimos años y es la gran esperanza para muchos. ¿Cómo lleva la fama?
- Me voy acostumbrando. Ya hace dos años la gente empezó a conocerme, el años pasado ya me miraban un poco más. Los círculos cercanos son cada vez menos y más acotados, pero estoy rodeado de los míos.
¿Es más desconfiado que antes de ser tan conocido?
- En eso siempre he sido un poco torpe. He pensado que todos los que tenía alrededor estaban por hacer el bien, pero... Sí, ahora soy más desconfiado que antes.
Le han señalado como el relevo de Contador. ¿Qué opina?
- Eso es muy difícil. No soy su relevo. Conseguir un palmarés como el de él es imposible. Tal vez tenga cierto parecido en la forma de correr. Si la gente se divierte conmigo como con él, estaré satisfecho.
¿Qué balance hace de la pasada campaña?
- Muy bueno. Sobre todo fue un refuerzo moral para mí. En el Giro fui a por todas y se fastidió todo a mitad carrera por la caída (una moto le tiró camino del Blockhaus que le dejó sin opciones en la general), pero fui capaz de darle la vuelta a una situación complicada. No tenía opciones de nada en la general, pero disfruté mucho en la lucha por las etapas. Luego, en el Tour, conocí la parte dulce de la carrera francesa y creo que el poder mantener la concentración durante tantos días y la experiencia que cogí allí puede ser muy valiosa para mí.
¿Le ha atrapado el Tour?
- Sí, pero más que el Tour, lo que me ha atrapado son los rivales, lo que supone la carrera, la repercusión que tiene. Van los mejores en la mejor condición. Es la carrera en la que no hay excusas. Allí todos van a tope. Verme con todos ahí es más gratificante, tiene más mérito, digamos.
¿Ha olvidado completamente los problemas en el psoas?
- Sí, creo que fue una cosa puntual. 2016 empezó un poco a contrapie y quise corregir las cosas de forma my rápida y al final el cuerpo acabó rompiéndose por algún lado. Pero ya no tengo ninguna molestia. Estoy bien.
¿Cómo lleva el trabajo durante la pretemporada?
- Este año ha sido un poco más corto de lo habitual porque acabé muy tarde, el 24 de octubre en China. Apenas he tenido tiempo para hacer lo que a mí me gusta, deportes que me gustan a parte de la bici, y para cuando me he dado cuenta ya estaba de nuevo encima de la bicicleta.