Pamplona - La trasnochada historia de la pelota de Huarte regaló, por fin, un nuevo pasito hacia delante, una progresión anhelada que representaron ayer Miren Larrarte (Gipuzkoa) y Leire Garai (Club Zaramaga de Gasteiz) en el Toki Alai: la primera final de Cuatro y Medio femenina. Ante la expectación de una grada repleta, fue Larrarte, la pelotari de Bidania, quien demostrando una calidad nada desdeñable y se impuso a su rival de Gasteiz, Leire Garai, por 18-10.

Larrarte ofreció grandes detalles fundamentados en un gancho de zurda memorable para doblegar la superioridad física de Garai, obligada contra su interés a perseguir pelotazo tras pelotazo por cada metro del frontón y sufriendo un desgaste físico que le pasó factura en los tramos decisivos del encuentro. De esta gisa comenzó el partido. Con Larrarte demostrando sus recursos y aprovechando las oportunidades que ofrecía Garai se adelantó por 3-0, una ventaja que empató su rival alargando los puntos con fuertes pelotazos que sorprendieron a su adversaria.

Con la elección de pelotas más muertas, la de Bidania ejerció la opción de sacar a pasear su gancho. Un arma, la mejor de su repertorio, desconocida hasta entonces que, tras desgastar a Garai a base de carreras, utilizaba para machacar el punto.

Además, Larrarte aprovechó a las mi maravillas la iniciativa otorgada por su saque al forzar la defensa desesperada de Leire que remataba a la esquina sin piedad. Tornó pasa sí de esta manera la dinámica del partido y sumó un 10-5 contundente.

Obligada a reaccionar, la de Gasteiz intentó sacar la cabeza en el partido imprimiendo más violencia a sus pelotazos y ejerció tres tantos seguidos, pero, precipitándose en la finalización, cortó para su desgracia la buena racha cediendo el 12-7. Larrarte, inteligente, leyó el cansancio acumulado de su oponente y continúo su estrategia de mover a Garai que, llegando ya al 14-10, rindió su ambición para perder por 18-10. Miren Larrarte dijo sentirse “orgullosa” por su victoria en una final en la que afirmó que al principio se sintió “superior”, pero que, al imprimirle Garai “más fuerza” a sus pelotazos, le costó “mantener el ritmo”. “Me ha ayudado mucho que Garai se fuera cansando cada vez más. Lo que pasa es que ella tiene mucha fuerza. Por eso he intentado moverla y lo he conseguido”, reveló Larrarte.