Duración: 69:54 minutos.
Saques: 1 de Bengoetxea VI por 1 de Víctor.
Pelotazos: Se cruzaron 468 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 7 de Bengotexea VI, 10 de Víctor.
Errores: 7 de Bengotexea VI, 5 de Larunbe, 5 de Víctor y 4 de Albisu.
Marcador: 4-0, 4-1, 4-6, 5-6, 5-7, 9-79-13, 10-13, 10-16, 11-16, 12-16, 12-17, 13-17, 13-21, 16-21 y 16-22.
Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por la muerte del exmanista Jesús Ruiz Bastida. El dinero salió 100 a 70 a favor de Víctor y Albisu. Partido correspondiente a la liguilla de cuartos del Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el Adarraga. Floja entrada.
logroño - En el Adarraga, Jon Ander Albisu fue muchos Albisus. Todos ellos excelentes. Magníficos. Como si de una muñeca rusa se tratara, de un Albisu salía otro mejor que el anterior y después otro más. Fue un Albisu imperial que alcanzó cada esquina y poro del frontón. Fue un cienpiés que se calzó botas de siete leguas para abarcarlo todo: lo mismo el txoko que el ancho, el extrarradio del rebote que las barbas del frontis. Fue la luciérnaga que iluminó cada pelotazo. Se detonó vibrante Albisu en una actuación soberbia. Mezcló Albisu la jerarquía de los líderes, la brújula que indicó a Víctor el camino camino, y la pegada superlativa que reivindicó su serigrafia en la espalda. Albisu, con luces de neón los carteles que anuncían los sueños en Las Vegas. Albisu fue un espectáculo excelente. Se balanceó sereno en la hamaca cosida con la bobina de la perfección. Se elevó el ataundarra, un pegador, a cotas insospechadas por constancia y recorrido. Barrió todos los frentes y exploró sus propios límites. Su mejor versión alzó en hombros a Víctor, que olvidó las prisas para mostrarse con aplomo y filo. Ambos mostraron sólidos argumentos ante Bengoetxea VI y Larunbe, que no perdieron la cara al duelo ni rehuyeron el cruce de miradas. El campeón del Manomanista y el galdakoztarra estuvieron bien, pero ante el solemne ejercicio de Albisu y el notable acompañamiento de Víctor, no les quedó otra que capitular en el primer duelo de ambos duetos en el Parejas. El debate arrancó quejoso y frío, como esas neveras vacías que se anclan en la soltería, alimentadas por la escasez y la fecha de caducidad. El inicio fue errático y veloz entre fallos y saques. Los tantos no adquirían ni tan siquiera ese rango porque se acumulaban las erratas. No había relato. Solo frases sueltas. Balbuceaba el duelo, igualado por lo bajo, sin apenas rastro del Parejas, un campeonato que asusta por su grandeza y recorrido. Ante el maratón que espera, la puesta en escena de ambas duplas no aventuró nada bueno aunque el marcador mostraba igualdad tras el arrebato inicial de Oinatz y Larunbe, que se destacaron 4-0. Suturaron la herida Víctor y Albisu con una tacada de 6 tantos consecutivos impulsado por el muelle de los yerros y tres saques del delantero riojano. En ese pulso con titubeos, Albisu comenzó a mostrar músculo y la espalda a Larunbe, que pegó con ánimo y decisión, pero el de Ataun aún empujaba más. Oinatz comprendió que tenía que jugar con el mando a distancia, atado al riesgo. El de Leitza es un delantero excelso, un mago, pero pasearse continuamente por el vecindario del peligro es un mal síntoma. Víctor, que posee una derecha eléctrica, se atemperó. El Parejas hay que ararlo. Sin tajo es imposible avanzar. Aguardó el delantero a que Albisu, cada vez fortalecido, le desbrozara el horizonte.