Casualidades de la vida, La 2 emitía la semana pasada la película Los bingueros. Mítico film, para mear y no echar gota, mítica pareja sólo a la altura de Bonnie and Clyde. Hace bien el ente público en emitir este tipo de joyas del celuloide. De hecho, es necesario recordar los errores del pasado para no repetirlos en el futuro. Luego, décadas más tarde, se rodó con un éxito extraordinario la saga de Torrente y mi teoría se vino abajo. Casualidades de la vida digo, la emisión de Los bingueros ha coincidido en el tiempo con otra historia tan casposa como la de Pajares y Esteso, sólo que ésta ha resultado tan real como el negro del whatsapp. A veces me da la impresión de que la humanidad da un paso para adelante y siete para atrás, como el gran Chiquito de la Calzada escenificaba trotando por la pradera por la gloria de su madre. Me da lo mismo hablar de igualdad de género, de educación a la infancia, de recepción de inmigrantes, de respeto al medio ambiente? El mundo, por decirlo finamente, es una puta caca y los que lo habitamos somos unos putos cagones. Y empleo la palabra puto como calificativo, no como insulto, ya que al que hace putadas no se le llama rancio sino puto. Y no confundir con puta, que las pobres no tienen la culpa de que las putas sean putas y los putos, hijos de puta. Hablaba hace un par de semanas de que estoy hasta las tetas de no ser mujer y sentirme como si lo fuera. Los hombres -en genérico- no somos malos, pero con que algunos-bastantes-muchos se comporten como putos tiran por la borda cualquier esfuerzo que se haga en pos de la dignificación e igualdad de la mujer respecto a los hombres no putos. Me acostaba la semana pasada con Los bingueros y me desayunaba al día siguiente con la denuncia de una joven de Vitoria-Gasteiz por la presunta agresión sexual, vil y cobarde, de cinco valientes putos. Malditos roedores. Y justo el mismo día conocíamos otra vuelta de tuerca a la estupidez humana, con el bochornoso espectáculo de streptease, vulgarización y degradación a más no poder de unas mujeres en el evento de presentación del Torneo ATP NextGen Finals de Milán. Putos casposos. Las mentes pensantes de dicha puesta de largo, hombres, por supuesto, licenciados en márketing, publicidad, vida fácil y desvergonzonería, idearon una puesta en escena al estilo tugurio de mala muerte en la que los ocho mejores tenistas Sub21 del mundo debían elegir la modelo que más les gustaba para quedar encuadrados en un grupo u otro. Y las letras A y B de cada grupo se encontraban en los muslos, bajo sus faldas, o en sus espaldas desnudas. Ahí es nada la pomada. Genial idea. Apabullante a más no poder. Las caras de los tenistas, quizás alguno de ellos gay, quizás no, lo decían todo. Perplejidad, asombro, vergüenza? Vergüenza humana. Putos idiotas. Los organizadores, la Asociación de Tenistas Profesionales, y el patrocinador, Red Bull, poco tardaron en emitir un comunicado pidiendo disculpas por las “ofensas causadas”. Evidentemente, la ATP y Red Bull no pensaban haber causado ofensas, vive Dios, sino que se vieron obligados a reaccionar ante las lógicas quejas de lo que para ellos serían unas mentes aburridas y poco dadas a la juerga que se llevaron de forma injusta las manos a la cabeza ante un bonito espectáculo de guapas señoritas ligeritas de ropa. Imbéciles a más no poder. Supongo que la ATP dispondrá de millones de asesores para organizar este tipo de eventos, todos ellos listos, pulcros y de muy buenas familias. Propongo ahora que los participantes de Mujeres, hombres y viceversa formen parte de la próxima inauguración y que ésta se celebre en la sala Bagdad. Desde Los bingueros hasta el bodrio de la ATP han pasado 40 años. Franco la palmó y llegó el destape, porque cada una utiliza sus domingas como le viene en gana. Llegó el cine porno, llegaron las salas de streptease, llegó la prostitución a la luz del día? Llegó en muchos casos la necesidad de comerciar con tu propio cuerpo para comer tres veces al día o para ofrecer a tu propio hijo una alimentación adecuada. Llegaron muchas cosas y otras tantas se fueron. Pero la casposidad y la vergüenza de necios como los de la ATP aún permanecen. Vaya mundo?
ante el madrid, caviar Caviar y del bueno, que no sé cómo sabrá. Al menos así supo el desmelene baskonista ante el Madrid. Lujo para los ojos, aluvión de actividad, catarsis de acierto? Primera demostración de un potencial extraordinario. La afición ya tiene motivos reales para creer? Creamos...