DONOTIA - Otra Behobia. Otra fiesta. Vistos algunos precedentes desagradables, y vista la siempre elevada participación, el simple hecho de que no se produzcan incidencias sanitarias de consideración ya invita a realizar un balance positivo. Si encima la meteorología se suma a la causa ofreciendo a los 25.486 corredores que salieron desde Irun una importante tregua, en forma de ausencia de lluvia, mejor que mejor. Y si además la competición entre los atletas de élite despara una cerrada pugna por la victoria hasta el pie del Alto de Miracruz, poco más se le puede pedir a la exitosa edición de 2017. Ganaron Carles Castillejo y Aroa Merino. Lo esperado. Pero el espectáculo deportivo también se quiso unir a un festejo multitudinario, incluida la espectacular actuación del villabonatarra Iraitz Arrospide, tercero. Todo a pedir de boca.

Había avisado el propio Castillejo de que no tenía muy clara la estrategia a seguir. En 2015 y 2016 también se había llevado el triunfo, pero lo hizo imprimiendo de inicio en ambas ocasiones un ritmo exigente que le significó completar en solitario gran parte del recorrido. Ayer, en cambio, no lo tenía tan claro, un extremo que se vio confirmado cuando hasta cinco atletas integraron durante los siete primeros kilómetros el grupo cabecero: el propio Castillejo, Camilo Santiago, Iraitz Arrospide y el triatleta gallego Uxio Abuín.

Comentaba también el catalán durante los días previos que quizás se decantara por lanzar un ataque mediado el recorrido, cosa que sucedió en la cima de Gaintxurizketa. El de Rubí cambió el ritmo de forma violenta y solo le pudo seguir Camilo Santiago, quien consiguió incluso generar ciertas dudas en el a la postre vencedor, cuando este sufrió ligeros problemas de flato en Errenteria. Recuperado ya de los mismos, Castillejo abrió al paso por Pasai Antxo un escaso metro y medio que delataba el sufrimiento de su rival. Y este, perdido ya en evidentes muevas de fatiga, sin la soltura previa, terminó cediendo cuando la carretera empezaba a mirar hacia arriba, hacia el temido Alto de Miracruz.

Castillejo voló hacia su tercera txapela consecutiva, un logro que, pese a llegar tras una carrera más táctica de lo habitual, obtuvo con un notable crono de 1h00:39. Para entonces, una de las noticias de la mañana se estaba gestando en La Zurriola, donde Arrospide y Leiva luchaban por la tercera plaza del podio. Se la llevó el de Villabona, cuya progresión no cesa. Igual que la del propio Camilo Santiago. “Ha sido mi Behobia más difícil”, declararía Castillejo en meta, subrayando el papel del riojano. “Antes de Miracruz le han empezado a pesar las piernas, pero hasta entonces me ha aguantado como nadie lo había hecho aquí”.

merino, sin oposición Si en la categoría masculina había al menos quienes podían plantar cara al gran favorito, la femenina parecía destinada de antemano a suponer un paseo triunfal de la canaria Aroa Merino. Cabe destacar de la lanzaroteña el hecho de que, a sabiendas de las circunstancias, compitiera sin relajaciones de ningún tipo para adornar su previsible triunfo con un registro de nivel. Ganó con 1h11:05, y muy abrigada. Si en 2016 corrió, de forma aparentemente improvisada, con prendas muy holgadas, esta vez vino con la lección aprendida y, sin renunciar a las mallas y a la manga larga, recurrió a ropa algo más ceñida. Curiosamente, después subiría al podio para recoger su trofeo con una liviana camiseta.

“La humedad me ha impedido correr entrar rápido en carrera y coger mi ritmo, pero he podido terminar disfrutando de esta gran prueba. Este público es fantástico”, manifestó tras compartir ceremonia con la catalana María Vinyet (1h16:46), segunda, y la cántabra Dolores Marco, tercera.

Masculina

1. Carles Castillejo1h00:39

2. Camilo Santiago1h01:31

3. Iraitz Arrospide1h02:37

Femenina

1. Aroa Merino1h11:05

2. María Vinyet1h16:46

3. Dolores Marco1h16:56