REAL MADRID Casilla; Nacho, Varane, Ramos, Theo; Casemiro, Modric, Dani Ceballos (Marcelo, min. 71), Isco (Lucas Vázquez, min. 71); Cristiano y Asensio (Benzema, min. 64).

EIBAR Dmitrovic; Capa (Rubén Peña, min. 73), Paulo Oliveira, Lombán, José Ángel; Arbilla, Rivera, Escalante (Sergi Enrich, min. 79), Jordán; Charles (Kike García, min. 63) e Inui.

Goles 1-0, min. 18: Paulo Oliveira (pp); 2-0, min. 28: Asensio; 3-0, min. 82: Marcelo

Árbitro Álvarez Izquierdo (Comité Catalán).

Estadio Santiago Bernabéu, 66.781 espectadores.

MADRID - El Real Madrid ganó 3-0 al Eibar y sobrevivió a su propia espesura en una encuentro sin ritmo, con poco brillo y que sólo se agitó con la salida al campo de Karim Benzema, que en la última media hora dio más sentido a la victoria blanca.

Después del gasto ante el Tottenham, el cuadro madridista tenía la misión de mantener la intensidad ante un equipo menor que planteó un encuentro alejado de la racanería que provocó una actuación gris del Madrid hasta la salida de Benzema, halagado hasta la adoración por Zidane en la víspera y en el banquillo desde el principio.

El Eibar no aplicó el manual de todo equipo visitante en el Bernabéu: eludió encerrarse y apostó por ser valiente. Utilizó una doble estrategia, líneas adelantadas y presión. Un gesto arriesgado que sorprendió al Madrid, acostumbrado a encontrarse rivales que no salen de su campo esperando un contragolpe salvador.

El planteamiento de José Luis Mendilibar tardó en diluirse media hora. En ese tiempo, el Eibar, sin complejos, llegó a apoderarse del balón e incluso jugó a ratos en la parcela del campo madridista. Eso sí, después del susto inicial que recibió de Isco Alarcón, que falló un remate clarísimo en el segundo minuto.

Aunque apenas consiguió amedrentar a Kiko Casilla, el Eibar consiguió despertar los fantasmas del Levante, Betis y Valencia, equipos que este año amargaron al público del Bernabéu. Pero esta no era una jornada para otro sobresalto. Ese riesgo de Mendilibar estaba destinado a caer. Fue valiente, pero tal vez demasiado.

Por lo menos, el Eibar provocó cierta espesura madridista, que se rompió cuando apareció la cabeza de Paulo Oliveira para calmar la preocupación del equipo Zidane. El defensa del cuadro vasco saltó junto a Sergio Ramos a por un centro de Marco Asensio y en el minuto 18 se marcó de cabeza un gol en propia meta. En ese momento, la apuesta del Eibar, casi se vino abajo por completo. En la recta final, el protegido de Zidane dio la razón a su entrenador. Benzema inició el tanto de Marcelo en el centro del campo, mostró todos sus registros y demostró que es más que un goleador. Y el Real Madrid acabó la noche feliz -Efe