vitoria - El Alavés cayó derrotado ayer (2-0) en el Nuevo Vivero ante el Badajoz, con goles del exalbiazul Guzmán Casaseca y Alex Rubio. Tras el partido, la escuadra alavesa puso su cabeza ya de camino a Vitoria de madrugada en vuelo chárter en modo albiazul, y no precisamente por ser esta tonalidad la coincidente con sus colores sino porque es precisamente el azul y el blanco el punto de partida de su próximo rival, la Real Sociedad. Diez días por delante a partir de hoy para que la escuadra alavesa prepare su segunda final a pesar de que resten aún 31 jornadas por delante. El primer match ball de la temporada, saldado el pasado fin de semana con nota ante el Levante (0-2), permitió al Alavés no ya solo romper su mala dinámica y sumar sus tres primeros puntos de la temporada, sino que la plantilla recuperó una autoestima hecha añicos que necesitaba oxígeno para salir de la UCI. Precisamente un doctor con experiencia en situaciones de emergencia como De Biasi fue quien le cambió la cara al plantel. Motivó como nunca a los chavales, tocó las fibras necesarias para levantar la moral y ejecutó algunos cambios en su convocatoria que enchufó al equipo en el Ciutat de Valencia. ¿El resultado?, un equipo sorprendentemente nuevo ante una liga nueva que el próximo día 14 vivirá su segunda jornada en Mendizorroza. Al margen de porque los rivales inmediatos del Alavés en la lucha por evitar el descenso (Las Palmas y Málaga) están ya a solo tres puntos, la importancia de poder sumar en el derbi radica en que dicho partido puede convertirse a la postre en uno de los puntos de inflexión de la temporada, al menos en lo que a encuentros disputados en Mendi se refiere. Sin ir más lejos, de los cuatro próximos partidos del Glorioso (Real, Betis, Valencia y Espanyol), tres se disputarán en Vitoria, lo que da una idea de lo que significaría ganar ante la escuadra de Eusebio y encadenar después otra serie de resultados que permitan al equipo salir de la zona caliente de la tabla. En ese empeño lleva De Biasi trabajando desde que aterrizó en Vitoria. Intensas sesiones de mañana y tarde en Ibaia para fortalacer el aspecto mental del grupo y, sobre todo, aprender a defender en bloque. Con cuatro, cinco o incluso seis jugadores si fuera preciso, como ya se vió ante el Levante en algunas fases del partido. “Primero la portería a cero y luego ya veremos”, vendría a decir el técnico transalpino en este sentido como medida para contrarestar la sangría que hasta su llegada venía sufriendo el equipo, con tres derrotas consecutivas en casa (Barça, Villarreal y Real Madrid), solo una menos de las que sufrió como local a lo largo de la pasada temporada, y otras tantas fuera (Leganés, Celta y Deportivo). Datos inadmisibles para un firme defensor del catenaccio como el propio De Biasi y para un equipo que aspire a mantener la categoría. Por eso ayer en Badajoz, y aunque fuera un amistoso donde De Biasi hizo muchos cambios, volvieron a verse conceptos de lo que pretende el italiano. Cohesión, bloque, unidad con las líneas muy justas y una intensidad innegociable.