Nueva York - Rafa Nadal encontró al fin un día tranquilo en Flushing Meadows y se metió por séptima ocasión en su carrera en los cuartos de final del US Open y cuatro años después de la anterior. Hasta ayer en esta edición le había tocado sufrir por culpa de malos comienzos en sus tres partidos, pero Alexander Dolgopolov supuso un obstáculo sencillo para el de Manacor que venció por 6-2, 6-4 y 6-1 en una hora y 40 minutos, lo que le ahorró un desgaste añadido, algo muy importante a estas alturas del torneo.

Desde el inicio, el balear ofreció su mejor versión y apretó a su rival, que es peligroso si se le deja entrar en su ritmo de golpes a veces circenses. Sin embargo, Dolgopolov facturó ayer 33 errores no forzados, nunca mostró capacidad de reacción y así Nadal, muy concentrado y puesto en la tarea, no dio la más mínima opción a la sorpresa para acabar con su victoria 50 en el Grand Slam neoyorkino y la 223 en su carrera en los grandes, con lo que adelanta a Ivan Lendl y se coloca a solo dos de superar también Andre Agassi en la lista histórica.

En busca de las semifinales, Nadal se medirá al ruso Andrei Rublev, otra de las sorpresas de un torneo que nació ya descompensado y descontrolado. Este chaval de 19 años, otro de los estandartes de la nueva generación de la ATP, se impuso a David Goffin por 7-5, 7-6 y 6-3 y se convirtió en el cuartofinalista del US Open más joven desde 2001 cuando Andy Roddick alcanzó la final a esa edad. 48 golpes ganadores y 12 aces le colocó al belga, un jugador más experto. Por descontado, el ruso nunca ha llegado tan lejos en un Grand Slam. “Él es un campeón. Voy a tratar de disfrutar el partido”, dijo Rublev sobre la primera vez en la que se enfrentará a quien considera su ídolo, que no se fiará de un jugador que antes ya había eliminado a Grigor Dimitrov y que se parece en sus formas a Denis Shapovalov. Pero seguro que Rafa Nadal esperaba otro tipo de rival a estas alturas de un Grand Slam.

la parte abierta La parte baja del cuadro masculino había decidido en la madrugada anterior sus cuartofinalistas. El asturiano Pablo Carreño se medirá hoy al argentino Diego Schwartzman, el Chiquito que con sus 1,70 metros lucha contra los prejuicios. Por la otra llave, jugarán por las semifinales el estadounidense Sam Querrey, en el mejor año de su carrera, y el surafricano Kevin Anderson, dos sacadores ya veteranos que garantizan un festival de saques directos.