LOGROÑO - “Froome es el favorito para la contrarreloj”, reconoció ayer Miguel Ángel López, más comúnmente conocido como Superman López. El ciclista del Astana es una de las sensaciones de La Vuelta tras ganar en Sierra Nevada como tan solo lo hacen los elegidos: atacando a falta de 26 kilómetros y pedaleando con piernas de hierro. Doblegó al Sky y acabó con Alberto Contador, que todavía vende su ilusión de quedar entre los tres primeros. Pero, sobre todo, Superman López se convirtió en la revelación de las carreteras estatales tras llevarse la etapa de Calar Alto, cuando se atrevió a atacar al todopoderoso tetracampeón del Tour en los últimos metros para llevarse finalmente triunfo.
Así pues, el colombiano es el escalador más en forma de esta Vuelta y se encuentra inmerso en su objetivo de abordar el podio. Esa es su máxima ambición porque, tal y como reconoce, el maillot rojo ya tiene dueño: Chris Froome.
Y es que solo quedan seis días de competición y parece que el líder del Sky lo tiene todo bajo control. En esta segunda semana, el británico ha visto cómo sus rivales más directos, Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida), Ilnur Zakarin (Katusha) y Wilco Kelderman (Sunweb) conseguían arañarle, sobre todo por su doble caída en Antequera, un par de segundos en la general. Pero no los suficientes. Froome, con el respaldo del Sky, ha conseguido mantener a raya a los pretendientes que quieren arrebatarle su primera Vuelta y ahora, fresco tras la jornada de descanso, se enfrenta a una contrarreloj que le viene como anillo al dedo. El británico puede sentenciar esta tarde una Vuelta en la que ha sido líder sempiterno. Porque es el mejor en la lucha en solitario.
Y Froome lo sabe. Como también sabe que estos 40,2 kilómetros contra el minutero llegan en el mejor momento, cuando todavía no ha dado muestras de cansancio. Ni de preocupación. Y con dos etapas de montaña -Los Machucos mañana y Angliru el sábado, la gran jornada reina- en el horizonte.
Con todo, Froome todavía no canta victoria: “Hubiera firmado llegar así hasta aquí, pero aún no sabemos si llegaré de rojo a Madrid”, explicó durante una jornada de descanso que utilizó para “descansar y dormir todo lo posible”. El líder del Sky parece ser el único que no ve clara su victoria y mira de reojo a Nibali que, a 1:01 de distancia, rezará esta tarde para no perder muchos segundos. Para quedarse a una distancia que pueda recuperar en la montaña, el hábitat donde realmente puede morder. Sin embargo, el italiano sabe del poderío del campeón del Tour: “Froome está muy fuerte y tiene un gran equipo, así que es muy complicado sacarle diferencias”.
el grupo vasco En cuanto a la representación vasca en esta Vuelta, parece que todos -a excepción del santurtizarra Omar Fraile, que tuvo que abandonar- llegan con ganas a esta última semana. Mikel Nieve es el mejor clasificado, décimo quinto en la general, pero tanto él como su compañero del Sky David López tienen un objetivo mayor que el de subir puestos: escoltar a Froome hasta su primer maillot rojo. El veterano Markel Irizar también continúa con sus labores de gregario, en el sueño de podio de Contador. Igor Antón, por su parte, es uno de los pocos ciclistas que sobreviven del Dimension Data, que afronta en cuadro las últimas etapas. Mientras que el joven Pello Bilbao quiere seguir sorprendiendo en esta Vuelta. El corredor del Astana se encuentra en la parte alta de la general y todavía promete tener piernas para seguir dando que hablar.