Son muchos los países con poca cultura futbolística que en los últimos años han invertido grandes cantidades de dinero con intención de incrementar el peso del fútbol. A los Estados Unidos, China, Emiratos Árabes, etcétera, se les sumó Corea del Norte en 2013. El fútbol, como tantas otras cosas, es un deporte con un valor mediático de muchos quilates y no pasa desapercibido en uno de los países más herméticos del panorama internacional.
El líder de la República Popular Democrática de Corea del Norte, Kim Jong-un, vio en el balompié una buena estrategia propagandística para promocionar su país en el extranjero, algo irónico teniendo en cuenta que en el propio estado está prohibida la publicidad no gubernamental. El máximo mandatario puso en marcha un proyecto de futuro para incrementar la cultura futbolística del país, llamado Pyonyang International Football School. Ri Yu-il, uno de las entrenadores de la escuela, declaró que el objetivo de la iniciativa promovida por el gobierno norcoreano era “formar jugadores más talentosos que Leo Messi”, además de volver a vivir grandes momentos como el del Mundial de Inglaterra de 1966, en el que la selección conocida como los chlollima cayeron en los cuartos de final ante Portugal (5-3). Un partido que el combinado asiático comenzó ganando 0-3 pero en el que los portugueses remontaron liderados por Eusebio, que firmó cuatro goles.
Cuatro años después de que el proyecto se creara, la realidad de los jugadores salidos de la cantera norcoreana dista mucho de la imagen de “jugadores más talentosos que Messi”. El máximo exponente actual de la escuela de fútbol se ha dado a conocer en Italia. Han Kwang-song, de 18 años, fue la temporada pasada el primer norcoreano en debutar en la Serie A. Lo hizo en el Cagliari y además consiguió estrenar la cuenta goleadora de su tierra en el país mediterráneo. El atacante, que ahora mismo juega cedido en el Perugia, marcó tres goles en la jornada de estreno de la Serie B, en la que su equipo venció por 1-5 al Virtus Entella, por lo que se colocó como máximo artillero de la división de plata italiana. Kwang-Song llegó a Italia reclutado por el proyecto Italian Soccer Management, que trabaja en colaboración con Corea del Norte. Algo que llama la atención, ya que el gobierno apenas permite a los habitantes norcoreanos salir del estado por motivos laborales.
Ahora mismo, la situación futbolística del país asiático no está al nivel que se esperaba después de la apuesta que se hizo en 2013. Los chollima, dirigidos por Jorn Andersen, están fuera del Mundial de Rusia de 2018 y en el peldaño 110 del ranking FIFA de selecciones, aunque es cierto que el combinado femenino es 10º en dicha tabla. Para más inri, sin apenas haber obtenido resultados reseñables, la FIFA suspendió en marzo de 2016 las ayudas para el desarrollo del fútbol que ascendían a 1,4 millones de euros, por lo que el proyecto pasa además por problemas financieros.
El último concurso del plantel norcoreano en una Copa del Mundo fue en 2010, cuando el equipo entonces dirigido por Kim Jong-hun cayó en la fase de grupos tras perder los tres partidos (Brasil, Portugal y Costa de Marfil, 2-1, 7-0 y 3-0, respectivamente). La mala actuación hizo que el líder del país, Kim Jong-il, condenara a los jugadores a recibir insultos públicos durante seis horas ante el Palacio de Cultura Popular, en Pyonyang.