Madrid - El Real Madrid, que disfruta de un momento histórico con la conquista de dos Liga de Campeones consecutivas y la Liga, más un inicio de temporada en la que tiene a tiro ganar las dos Supercopas, recibe a un Barcelona que no se da por vencido tras el 1-3 de la ida y buscará la gesta.

El fútbol es un estado de ánimo y en el presente el del madridismo está por las nubes y el del barcelonista tocado. Así se reflejó en la ida de la Supercopa de España, la oportunidad perfecta para despertar del golpe de perder a Neymar para el Barça, ante su eterno enemigo. El terreno de juego no engaña y la sensación de impotencia ante un rival de dulce, acabó reflejada en el marcador.

Pero no se fía Zinedine Zidane ni sus jugadores, que perdieron el último clásico del Santiago Bernabéu en el último minuto, de un Barcelona herido en su moral y en reconstrucción. La consigna de vestuario es salir a ganar, a hurgar en la herida y conseguir el segundo título de un reto casi imposible, un sextete.

El clásico llega inevitablemente marcado por la polémica de la ida, la expulsión de Cristiano Ronaldo y su reacción con un empujón al colegiado. Cinco partidos de sanción son el duro castigo que ha encendido al madridismo y provoca que hasta Zidane perdiese la sonrisa para denunciar una ‘mano negra’ detrás. De una acción en la que su jugador jamás quiso simular, llega una consecuencia negativa; su ausencia en la vuelta de la Supercopa y las cuatro primeras jornadas de Liga.

Aunque la baja de un miembro de la BBC por otro lado, es un quebradero menos de cabeza para Zidane a la hora de mantener el sistema que funciona, con cuatro centrocampistas y un Isco Alarcón instalado en la excelencia.

Por su parte, el Barcelona visita el Santiago Bernabéu consciente de que solo una gesta le permitirá mañana revalidar la Supercopa de España. El clásico del pasado domingo confirmó algo que el conjunto azulgrana ya sospechaba, que ahora mismo, el Real Madrid está un peldaño por encima, más aún tras la inesperada fuga de Neymar al PSG.

El Barça trabaja a destajo para cubrir la baja del astro brasileño, pero de momento solo ha podido traerse a su compatriota Paulinho, que las últimas temporadas ha jugado en la Liga china. - Efe