Un gigante en horas bajas. Esta puede ser la frase idónea para describir la situación del AC Milán desde hace mucho tiempo. Lejos quedaron los años en los que los rossoneri eran temidos en toda Europa. Aquel equipo dirigido por Arrigo Sacchi que marcó un antes y un después en la historia del fútbol, con la defensa en zona y la presión alta. Una gran película con un reparto de lujo: Baresi, Donadoni, Rijkaard, Gullit, Costacurta, Van Basten... Casi nada. Lejos queda también aquel once que solo con verlo en la ficha del partido daba ganas de sentarse y aplaudir. Dida en la portería, escoltado por Nesta y Stam. La magia la ponía Cafú en el lateral derecho y Maldini la seguridad por el izquierdo. La sala de máquinas corría a cargo de un rombo de escándalo: Gattuso, Pirlo, Seedorf y Kaka. Con Shevchenko y Crespo en la punta de lanza, los goles llovían por inercia. Una maravilla.
Dónde quedó todo aquello. El Milan se clasificó la pasada temporada para jugar la fase previa de la Europa League. Es la primera vez desde el curso 2012-13 que el conjunto ahora dirigido por Vincenzo Montella entra en competición continental, un entrenador con un proyecto estable tras tres años en los que hasta cinco técnicos han ocupado el banquillo de San Siro.
Pero corren nuevos tiempos en el Milan. La luz al final del túnel para el siete veces campeón de Europa llega desde el gigante asiático. Y lo hace a base de millones. En agosto de 2016, un multimillonario chino llamado Li Yonghong se convirtió en el presidente de la escuadra milanesa dispuesto a invertir enormes sumas de dinero para devolver al equipo a lo más alto. El empresario compró el 99,93% de las acciones a Silvio Berlusconi por 740 millones de euros. De la mano de Montella, los rossoneri ganaron el pasado curso la Supercopa italiana a la Juventus además de conseguir el sexto puesto en liga.
Llegó el verano. Llegó el mercado de fichajes y con él la vorágine en la dirección deportiva milanesa. Era el turno de los fichajes. Franck Kessie, Mateo Musacchio y Ricardo Rodríguez fueron los primeros en aterrizar, por un total de casi 70 millones de euros. Los jóvenes André Silva, Andrea Conti y Hakan Çalhanoglu se unieron a la lista poco después, lo que supuso un desembolso de otros 85 kilos. Para acabar de confeccionar la nueva plantilla otras dos incorporaciones, Lucas Biglia de la Lazio y el más caro y relevante, Leonardo Bonucci. La afición del Milan recibió con los brazos abiertos al que es considerado uno de los mejores defensas centrales del mundo, procedente de la Juve. Los millones de Li Yonghong han acabado apuntalando al equipo en todas sus lineas tras gastar cerca de 190 millones de euros. Además de la renovación de Gianluigi Donnarumma, jovencísimo guardameta que está causando furor.
Pero el club no da la plantilla por cerrada. Aún busca un ariete de garantías. Andrea Bellotti es el favorito para resolver la incógnita, pero el alto precio del atacante del Torino supone un problema para su fichaje. Otro de los que ha sonado es el hispano-brasileño Diego Costa, que podría recalar en el club hasta enero, aunque llegaría como cedido del Atlético de Madrid, sancionado con no poder fichar hasta 2018.
El delantero gabonés del Borussia Dortmund, Pierre Aubameyang, no ha escondido recientemente su deseo de regresar al Milan. Durante un vídeo en directo que hizo en una de sus redes sociales, el atacante le dijo a un aficionado que el quiere fichar pero que “se están durmiendo ¿Qué puedo hacer?”.
fase previa de la europa league La pretemporada del Milan ha sido un tanto irregular, con una goleada al Bayern de Munich por 4-0 y una derrota ante el Betis por 1-2 como encuentros más destacados. En cambio, los partidos oficiales del Milan se cuentan por victorias. Al igual que el Athletic, el Milan superó la primera eliminatoria de la Europa League ante el Universidad de Craiova, victoria por la mínima en Rumanía y sentencia en San Siro por 2-0. El último escalón hacia la fase de grupos será el cruce ante el Shkendija.
Ya con una plantilla competente y con un proyecto sólido, el entorno del club confía en volver a pelear por el título de liga, del que la Juventus se ha hecho amo y señor, y asentarse en las posiciones europeas, además de llegar lo más lejos posible en la Europa League.