Si en los terrenos de juego Cristiano Ronaldo es de sobra conocido por sus aires de grandeza y cierta soberbia, ayer, en su declaración a puerta cerrada en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón, el astro portugués sacó a relucir su carácter. “Si no me llamara Cristiano Ronaldo no estaría aquí sentado”, llegó a decir el jugador del Real Madrid a la jueza que le investiga por los 14,7 millones de euros que presuntamente ha evadido a Hacienda entre 2011 y 2014, un asunto sobre el que el actual Balón de Oro respondió durante una hora y media. CR7 no se sintió cómodo y se le notó, al menos eso defendieron diferentes medios de comunicación de la capital española que tuvieron acceso a parte de la declaración.

Una versión que chocó con la nota de prensa que remitió Cristiano Ronaldo horas después de declarar como investigado. “La Hacienda española conoce en detalle todos mis ingresos, porque se los hemos entregado; jamás he ocultado nada, ni he tenido intención de evadir impuestos. Siempre hago mis declaraciones de impuestos de manera voluntaria, porque pienso que todos tenemos que declarar y pagar impuestos de acuerdo a nuestros ingresos. Quienes me conocen, saben lo que les pido a mis asesores: que lo tengan todo al día y correctamente pagado, porque no quiero problemas”, señaló el futbolista.

Según el texto, Ronaldo, que declaró ante la jueza, el abogado del Estado, el fiscal y su propio letrado, sin necesidad de intérprete, estuvo “tranquilo y satisfecho” por haber podido colaborar con la Justicia y no hará más declaraciones sobre este tema hasta que concluya el proceso: “Es el momento de dejar trabajar a la Justicia. Yo creo en la justicia y espero que, también en este caso, haya una decisión justa. Y con el fin de evitar presiones innecesarias o de contribuir a un juicio paralelo, he decidido que no volveré a hacer más declaraciones sobre este asunto hasta que no se produzca dicha decisión”. El jugador del Madrid añadió que expuso a la jueza que no creó ninguna “estructura especial” para gestionar sus derechos de imagen cuando llegó al conjunto blanco en 2010, sino que mantuvo la que los gestionaba en Inglaterra cuando jugaba en el Manchester United.

regate a los periodistas Fuera del juzgado, desde primera hora de la mañana, la expectación fue máxima. Todo estaba listo para que a las 11.30 horas del ultimo día de julio, la estrella portuguesa luciese ante casi 50 cámaras. Las circunstancias no eran las más halagüeñas. El astro, acostumbrado a los baños de masas, debía bajar al mundo terrenal para declarar ante una jueza a la que poco le importan los balones de oro que acumule. Pero, aunque no está habituado a este terreno de juego, decidió acondicionarlo a su estilo para no dejar hueco a la improvisación.

El plan pasaba por entrar por el garaje y así evitar la incómoda imagen que da eso de entrar a un juzgado custodiado por un abogado. Y, después de contestar a las preguntas de todas las partes, estaba previsto que saliera por la puerta principal haciendo gala de su colaboración con la Justicia y su ánimo de que todo se solucione, dedicando, detrás de un atril colocado expresamente para la ocasión, unas palabras para apaciguar a los presentes. Así se lo creyeron los centenares de periodistas de 15 nacionalidades diferentes que desde las 8:00 horas se empezaron a congregar a las puertas del juzgado madrileño. Con ellos, poco a poco fueron llegando los seguidores de Ronaldo, en su mayoría adolescentes, que esperaban ansiosos y bajo un vengativo sol de julio una foto con su ídolo. También había algún que otro jubilado que interrumpió su paseo matinal para ver “qué se cocía por aquí” e incluso una madre con su bebé de cinco meses, ajeno -afortunadamente- a todo lo que estaba pasando a su alrededor. Pero una hora y media después de que Ronaldo entrase como había previsto, por el garaje del edificio, y cuando la impaciencia empezaba a hacer mella, se produjo un inesperado giro de los acontecimientos.

A la señal de “sale Cristiano”, todos los presentes se preparan para el acontecimiento. Pero no es él quien sale, sino un representante del gabinete de comunicación que le representa: “Todo en orden. El jugador ha declarado. Ya está de camino a su casa. Recibiréis nota de prensa”.