Serre Chevalier - Primoz Roglic (Trbovlje, Eslovenia, 1989) volvió a volar. Pero esta vez lo hizo hacia la historia, con el Galibier como escenario. Tras colarse en la fuga de la jornada, con integrantes de renombre como Alberto Contador, el ciclista esloveno lanzó un potente ataque a seis kilómetros de la cima. Una arrancada que le permitió coronar la montaña en solitario. Rozando el cielo francés, ascendió el mítico puerto motivado por las decenas de compatriotas que le impulsaron, rodeándole de banderas de su país. Era su día soñado. Después de coronar la cumbre le esperaba una larga bajada hasta llegar a la meta. Fue a tumba abierta en una de sus especialidades. Pese a tener la victoria prácticamente sentenciada, Roglic siguió dando pedales como un loco. El esfuerzo mereció la pena y se convirtió en el primer esloveno en sumar una etapa de la Grande Boucle. Historia viva de su país. “Probablemente más tarde seré consciente de lo grande que es ganar una etapa en el Tour de Francia, además siendo el primer ciclista esloveno que lo consigue”, declaró tras subir al podio en Serré-Chevalier. Roglic no empezó como ciclista. Sus inicios en el deporte llegaron de la mano de la nieve. A sus 13 años, comenzó a practicar salto de esquí, algo que se le dio realmente bien. En 2007 fue campeón del mundo junior, ya que el anterior año se tuvo que conformar con la plata. A Roglic le aguardaba un prometedor futuro en los trampolines, pero dio un giro que cambió sus planes por completo. Hace seis años sufrió una dura caída. En esa ocasión el vuelo lo hizo en el helicóptero que le trasladó al hospital. Pero podía haber sido mucho peor, ya que no sufrió roturas de mucha gravedad. Tras el accidente, el esloveno decidió bajarse de los esquís y subirse a la bicicleta con 21 años. Ya sobre las dos ruedas tardó tan solo dos años en firmar con el equipo Adria Mobil y sus grandes actuaciones en los Tour de Azerbaiyán y en el de Eslovenia le abrieron las puertas del LottoNL en 2015. Ya de negro, la temporada pasada se consagró en el mundo del ciclismo profesional. Ganó una etapa en el Giro y fue vencedor en el Campeonato de Contrarreloj de Eslovenia, un año de ensueño para comenzar a despegar. Ahora, en 2017, el sueño de Roglic se ha hecho realidad. Además de ganar dos etapas en la Itzulia y una más en el Tour de Romandía, ayer voló alto en la ronda gala, tocando el cielo en el imponente Galibier. Grabando su nombre con letras de oro en la historia deportiva de su país. “Es una locura, no hay palabras para explicar todo lo que siento en estos momentos”, declaró emocionado tras su gran victoria.