La décima etapa del Tour vino marcada por una escapada en los primeros kilómetros iniciada por el francés Yoann Offredo y a la que se unió, poco después, su compatriota Elie Gesbert. El experimentado Offredo fue acompañado del ciclista más joven de la edición con 22 años, durante una escapada maratoniana. Más de 170 kilómetros liderando la prueba, hasta que a falta de 7, ambos ciclistas fueron cazados por el pelotón. Una hazaña que sin duda demostró la valentía de los dos corredores.

A pesar de sus 30 años, Offredo no cuenta con participaciones previas en la ronda gala, por lo que esta edición es el estreno del ciclista, que apenas unos meses atrás vivió una amarga experiencia mientras entrenaba. El corredor del equipo Wanty-Gobert salió a la carretera el pasado 24 de abril acompañado de dos amigos para prepararse de cara a los Cuatro Días de Dunkerque. Cuando se encontraban rodando sobre sus bicicletas, un coche les sorprendió: “La conductora frenó con la intención de chocar con nosotros. Intenté hablar con ella pero estaba lista para salir del coche con un cúter. En un acto reflejo, bloqueé la puerta. Entonces, el acompañante abandonó el vehículo y cogió una herramienta de madera de una maleta. Con ella me golpeó y más tarde me propinó un cabezazo”. Por suerte, la policía consiguió detener la agresión, abrió una investigación y archivó la denuncia.

Como resultado del suceso, el francés tuvo hematomas en todo el cuerpo y costillas y la nariz rota. “He sufrido dolores en la nariz, en una costilla y numerosos moretones. Todavía tengo que ir al hospital para determinar el daño de las heridas”, comentó el corredor francés.

Además del daño físico, para el protagonista de la escapada de ayer, fue un duro golpe psicológico. “Estoy en shock. Llevo 15 años en el ciclismo y nunca había vivido algo como esto. Las agresiones verbales suelen ocurrir, pero la mayoría de ellas acaban ahí y no van a más”, explicó el deportista tras recomponerse del susto. Offredo se mostró disgustado con la actitud de sus agresores: “No estoy enfadado, sólo estoy triste porque ya no quiero que mis hijos practiquen este fantástico deporte, es demasiado peligroso”.

Después del ataque sufrido, Offredo colgó en sus redes sociales varias fotografías en las que aparecían las contusiones. Junto a las imagenes, el ciclista compartió un escrito con su opinión. “Sales por la mañana a entrenar, pero nunca sabes si vas a volver. Estoy triste de constatar que, dentro del país de los Derechos Humanos, los derechos del ciclista son ignorados”, publicó.

A pesar del angustioso momento vivido hace casi tres meses , el corredor galo se repuso del lamentable suceso y como pudimos observar ayer, se mostró combativo y con ganas de asumir el protagonismo en su primera participación en la Gran Boucle. El ciclista, acompañado de Gesbert, ampliaron la distancia con el pelotón hasta los 5:32, sin embargo. según avanzó la prueba, fueron cediendo terreno. Pese a todo, los 172 kilómetros liderados sin la cobertura de sus compañeros dieron mucho de que hablar y Offredo demostró que se encuentra en plena forma y que conserva el olfato.