El bautismo en el Jura llenó los pulmones de arena y los músculos de fatiga. Quemados los organismos por el esfuerzo titánico de un día a puro galope. Fue la de ayer una jornada agonística. “Es verdad que a veces asociamos dureza a que haya diferencias entre los mejores, pero aun sin ellas, el desgaste ha sido muy serio. A todo ello hay que sumar las condiciones meteorológicas del día: nada de viento en los valles, que han sido auténticos hornos”, describió Eusebio Unzué, una enciclopedia del Tour, que calificó la etapa de hoy como “brutal”. “Se verán cosas interesantes”, observó el mánager general del Movistar sobre una jornada que acumulará 5.000 metros de desnivel a través de los siete puertos, tres de ellos de categoría especial, repartidos en 184 kilómetros de recorrido.
El líder, Chris Froome, fue más gráfico en su observación sobre lo que aguarda hoy en las entrañas del Jura. “La clasificación general puede estallar por los aires”, subrayó. “El Mont du Chat llega después de cuatro subidas muy duras y tras el desgaste de la etapa de hoy (por ayer). Será muy decisivo en el Tour”, analizó el británico, convencido de que “va a haber grandes diferencias”. Considera Froome que Mont du Chat “no es un puerto corto y sus porcentajes son del 10 %. Además, el descenso llega antes de 10 kilómetros de llano. Va a sacudir el pelotón de los favoritos”, apuntó el británico. Froome rastreará a Fabio Aru, el único entre sus rivales que se ha mostrado más fuerte que él en una cumbre. El italiano concretó que la de hoy “puede ser la etapa más dura del Tour, y sobre todo el Mont du Chat será terrible, es de los más duros que conozco, y además es el séptimo puerto de la etapa. Después de la etapa de hoy (por ayer) creo que habrá diferencias en la general”. A su vez, Giuseppe Martinelli, su director en el Astana, dijo conformarse con mantener la actual situación en la general. “Estar segundo en la general con Aru, por detrás de Froome y sacando tiempo al resto de rivales”.