düsseldorf - Cuando camino del Blockhaus una moto le tiró y le apagó el Giro de Italia días después debido a las consecuencias de la caída, a Geraint Thomas se le borró la sonrisa de un plumazo. No tenía nada que celebrar. Mascó la bilis. En Düsseldorf, semanas después del accidente, le brotó la alegría. No lo esperaba el galés. En realidad Thomas no tenía que estar en la carrera francesa, pero la caída en el Giro le alteró el porvenir. Si hubiese completado la carrera italiana, probablemente Thomas no estaría en el Tour, donde contra todo pronóstico se vistió de líder tras vencer la crono inaugural en el festival del Sky, que situó a cuatro de los suyos entre los ocho mejores de la general.
Quiso el destino que bajo la lluvia que muchos padecieron y que les desangró, caso de Ion Izagirre o Alejandro Valverde, Geraint Thomas cantara su dicha, su estupenda victoria de forma inopinada. Arrancó el galés a jirones el mal fario que le sacudió en el Giro para subirse a lo más alto del podio del Tour tras completar una magnífica actuación sobre tierra peligrosa. “Ya he tenido mi parte de mala suerte este año y para mí es increíble obtener esta victoria y el maillot amarillo”, apuntó Thomas, que se acordó de los suyos tras su logro. “Muchas gracias a todos los que me han apoyado, a mi esposa y a mi madre también ... Ambos tuvimos un mal momento recientemente, pero hoy (por ayer) es un gran día”, expuso Geraint Thomas en su día de gloria en el Tour. “Es una gran noticia. Estoy muy contento por él y creo que es algo maravilloso para el equipo”, lanzó Chris Froome sobre el triunfo de su compañero, uno de los fieles gregarios del británico que simboliza el poderío del Sky en el inicio del Tour.
ritmo constante Geraint Thomas brilló como un neón sobre el resplandor del asfalto mojado, los charcos, los salpicones y la pintura de la carretera del circuito urbano de Düsseldorf. “Las curvas no debían ser demasiado resbaladizas si no entrabas demasiado rápido. La primera curva la tomé a buena velocidad, pero mi director me dijo que no arriesgara tanto”, relató el galés, que decidió apostar “por un ritmo constante”. Si bien Thomas indico que “pienso que podría haber ido un poco más rápido, pero bueno, todo eso ya no importa”. Vestido de amarillo, de estreno, nada le importó a Geraint Thomas. Los apuros fueron anteriores, cuando se sentó en la silla mirando los tiempos. El aliento de la adrenalina le agarró el estómago en esos instantes en el que solo podía mirar y cruzar los dedos hasta que elevó el puño. “Es una sensación increíble, no creía que iba a suceder, pensé que Tony Martin iba a ganarme, o algún otro, es una sensación increíble”, concluyó.