Duración: 50:43 minutos de juego.

Saques: 4 de Mendizabal III (2, 6, 10 y 16) y 3 de Ezkurdia (9, 11 y 17).

Faltas de saque: 1 de Mendizabal III.

Pelotazos: 255 pelotazos en juego.

Tantos: 11 de Mendizabal III y 14 de Ezkurdia.

Errores: 4 de Mendizabal III y 3 de Ezkurdia.

Pasa del Cuatro y Medio: 1 de Ezkurdia.

Marcador: 0-1, 1-3, 3-3, 4-4, 5-12, 6-13, 7-13, 8-14, 9-17, 10-18, 11-18, 14-19, 15-19, 19-19, 19-20 y 19-22.

Botilleros: Ejercieron de botilleros José Mari Mendizabal (con su hijo Aitor) y Mattin Ezkurdia (con su hermano Joseba).

Apuestas: Se cantaron posturas de 100 a 40 a favor de Joseba Ezkurdia.

Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del Cuatro y Medio de San Fermín disputado en el frontón Municipal de Mungia. 400 espectadores.

Mungia - Tuvo que sudar Joseba Ezkurdia ayer en Mungia para respirar y clasificarse para las semifinales del Cuatro y Medio de San Fermín. El de Arbizu, en un partido en el que se le veía favorito en las tablas de contracancha, se encontró con una roca, con un Aitor Mendizabal que es puro fuego. El zurdo de Antzuola es un pelotari con carencias, pero todas las cubre con un coraje inmenso y una habilidad descomunal. El guipuzcoano estuvo a punto de aguarle la película al navarro, que no supo manejar una diferencia enorme en el luminoso y vivió una segunda mitad de eliminatoria que fue un cilicio. Ezkurdia vivió una tortura con final feliz. Ezkurdia luchó contra los elementos, contra sí mismo, falto de efervescencia en el látigo, y contra un contrincante que se agarra al frontón como una lapa. Fue impresionante el carácter del corajudo antzuolarra, gigante en el despliegue, rápido de piernas.

A pesar de unos primeros compases de emoción y derroche, con dos tacadas por barba e igualadas en el tercer y cuarto cartón, al que se llegó después de que Mendizabal III levantara un 0-3 adverso y consiguiera un dominio parcial del luminoso (4-3). Después de ese instante, el acierto de Ezkurdia comenzó desde el saque. La velocidad trajo por la calle de la amargura a Aitor, desmadejado por las circunstancias y la diferencia de pegada entre ambos. La principal razón del navarro residió en su volea, fuerte y dinámica, con la que buscó abrir a la derecha de su rival. Sacó tajada en tal suerte por el poder de su propuesta, que evitó la soltura de jilguero del zurdo. El martillo fue el ariete del de Sakana, brutal en las cargas de profundidad e impenitente a la hora de la verdad. Sumó una tacada de nueve cartones para ponerse 4-12. Supo sacar lustre al gancho, que dotó de razones una gran presencia física. Con un remate fallido hubo un temblor. Un aviso de Mendizabal III, que se encontraba vadeando en mitad del océano, buscó las cosquillas a un choque muy decantado. Aprovechó el oxígeno de un remate fallido y un saque para remendar las heridas. Que se abrieron de par en par tras un reparto de golpes. El golpe de Joseba, de nuevo, le arrolló y colocó un 8-17 con aroma azul.

Nada más lejos de la realidad. Mendizabal III es un pelotari de vanguardia, jamás se rinde. Aitor, entre las trincheras, emergió con el movimiento. Enlazó una apertura desde el suelo y otro saque le dio vida. Se puso a bailar. Joseba no mandó y se le apagó la luz. Y Mendizabal fue rey hasta el 19-19 -en una remontada de gran valor-. Una volea al ancho se le escapó al zurdo y Joseba no volvió a parar el reloj. Un saque-remate, un dos paredes de volea, le sirvió para ponerse a un centímetro de triunfo y una estorbada que los jueces no concedieron puso el 19-22. Ezkurdia respiró.