vitoria - Tras 22 años consecutivos ejerciendo de entrenador en su tiempo libre, Manu Melgar tuvo que tomarse un año sabático y ceder su puesto a Javier Corral al frente del Aurrera de fútbol sala. Con los rojillos recién descendidos a Tercera División, Melgar vuelve a coger las riendas de un equipo que compite en condiciones muy diferentes a las de la mayoría de adversarios.

Sus jugadores no solo no ganan dinero, sino que además han de costearse los gastos.

-Así es, son jugadores amateur. No cobran y además tienen que pagar por jugar. Son categorías semiprofesionales en las que hay que pagar por jugar, bastante dinero además.

Además, ustedes no cuentan con todo el apoyo económico por parte del Aurrera.

-La directiva fue clara desde el primer momento. En la primera temporada que jugamos en Segunda B ya se nos avisó con tiempo de que no iban a poder costearnos los gastos, con lo cual tuvimos que independizarnos económicamente. A partir de ahí nuestro principal ingreso ha sido las propias cuotas de los jugadores. Esa primera temporada fueron unos 800€, y en esta rondan los 500.

¿Y por qué siguen vinculados a dicho club, si al final actúan como independientes?

-No nos dedicamos a esto de manera profesional, con lo cual el Aurrera también nos ayuda mucho en términos de estructura administrativa. Sin ellos, hacernos cargo de la sección sería inviable para nosotros, porque solo estamos tres personas para organizar todo.

¿El resto de clubes de Segunda B están en una situación similar?

-No, casi todos los clubes cuentan con importantes ayudas económicas, normalmente por parte de los ayuntamientos. En nuestro caso solo tenemos una pequeña subvención, que además ahora al bajar a Tercera creo que no se nos va a otorgar.

Es de suponer que esto dificultará el proceso de captación de nuevos jugadores.

-Evidentemente, nosotros no podemos acceder a muchos jugadores por temas económicos. Hemos estado compitiendo contra gente que cobra 600 euros por jugar, con piso puesto por el club. Nosotros tenemos hasta que aportar el coche para algunos viajes y nuestros jugadores se tienen que pagar la ficha. A pesar de todo, este año ya hemos completado la plantilla.

¿Las bajas sufridas han sido por temas económicos?

-No, para nada. Dos han sido por retirada -Ibon Bengoetxea y Javi García-, otra por temas laborales y otra por decisión técnica.

¿Qué expectativas tienen para este año?

-Las bajas de Ibon y Javi son muy importantes, pero el grueso gordo de gente joven y comprometida permanece. También estamos contentos con las incorporaciones: recuperamos a Marcos Tobalina, hemos cogido a Asier Ruiz de Viñaspre y Markel del propio club y cerramos con Miguel alba que viene de la Preferente. Con lo cual, el objetivo es claro: intentar volver a Segunda B. Pero en la práctica es muy complicado, sobre todo por temas económicos.

¿Podrán superar ese escollo económico si logran el ascenso?

-Es complicado, sobre todo por los viajes. Hay ocho equipos, algunos con distancias de 350 kilómetros. Necesitamos un patrocinador que apueste por nosotros. Hemos jugado en Salburua, llenando el pabellón en varias ocasiones. La gente quiere ver fútbol sala. En Vitoria puede que sea uno de los deportes con más licencias. Hay afición, pero falta que alguien apueste por él. Nosotros queremos dar el salto. Tenemos estructura pero nos faltan recursos económicos. Es un tema de David contra Goliath.

Quizá el descenso a Tercera les ayude a coger aire en términos monetarios.

-Está claro. Nos va a servir para que los jugadores nuevos cojan un ritmo de competición más alto, porque hay jugadores que vienen de otras categorías. También para que podamos trabajar en el tema económico y hacer las cosas mejor de lo que las hemos hecho hasta ahora.

¿Cómo ha vivido usted esta temporada lejos de los banquillos?

-He estado involucrado en la dinámica del equipo, pero ha sido duro no poder ayudarles. En lo personal ha sido un descanso para mí. Hasta la pasada temporada llevaba 22 años entrenando en diferentes categorías. Tener este año para reciclarme me ha ayudado mucho y espero ayudar al equipo el curso que viene. Nosotros estamos aquí por los jugadores, que lo dan todo por el equipo y no podemos dejarlos solos.

¿Cómo se consigue que un chaval se aficione al fútbol sala en vez de al fútbol once ?

-Estamos creando diferentes escuelas para captar a benjamines y demás categorías inferiores. Evidentemente, lo que se ve en la tele es el fútbol, pero todo depende de lo que puedas ofrecerles y del trato que les des. Por ejemplo, en Salburua empezamos una escuela hace dos años con 22 niños, y ahora rondamos los 100.