Hasta la conquista de Rick Allen y Sandy Allan en 2012, la cumbre del Nanga Parbat (8.126 metros) por la arista Mazeno era una de los tabúes por romper en el ochomilismo. Se trata de una senda de alrededor de trece kilómetros que divide los valles de Diamir y Rupal. La ruta posee ocho sietemiles por el camino y doce puntos por encima de esa marca. Erhard Loretan, Doug Scott y Voytek Kurtyka lo intentaron en los noventa sin suerte. En 2004, los estadounidenses Doug Chabot y Steve Swenson se quedaron a un día de la cumbre, pero tuvieron que descender. En 2005, Jean Troillet, Claude y Alain Gailland y Frederic Roux también fallaron. En julio de 2008 fueron los alemanes Luis Stitzinger y Josef Lunger quienes erraron el tiro. En 2011, Alberto Zerain y Juan Carlos Txingu Arrieta trataron de sacar tajada sin premio. Un año después llegó el hito de los escoceses y, desde entonces, ningún éxito más.
Destaca Juanito Oiarzabal, amigo y compañero de Zerain en el proyecto 2x14x8000, visiblemente preocupado, que “la arista Mazeno es muy larga, una de las más largas de las montañas de más de ochomil metros. Es una vía que ya intentó Alberto en su momento, pero no pudo completarla. Ahora se encuentra con un alpinista de la talla de Mariano Galván y son dos montañeros muy fuertes. El objetivo es una de las actividades más relevantes que hay en el himalayismo”.
El experimentado gasteiztarra, quien solamente ha hollado la cima por la vía Kinshofer, acuerda que se trata de un reto mayúsculo. “La arista Mazeno es algo grande, sobre todo si la terminas en la cumbre del Nanga Parbat. Es algo muy grande”, reitera el escalador alavés, que actualmente se encuentra recuperándose de una lesión para encarar una nueva prueba en la cordada que le une a Zerain.
un hito de talla mundial “Que se haya terminado solo una vez no tienen nada que ver. Muchas veces no se intenta esa ruta, con la complicación que entraña, porque la gente no va. Hoy en día, todo el mundo está acostumbrado a ir por vías normales, no a hacer cosas como esta. Probablemente, si fuera más gente, se haría en más ocasiones”, analiza Oiarzabal. “Este tipo de rutas en el himalayismo están destinadas a escaladores que tienen mucho nivel, ya que tienes que realizar la ascensión en estilo alpino, con todo encima. Eso es algo, que si les sale bien -porque contamos con que siguen ahí-, tremendamente importante, de reconocimiento mundial, solo los más dotados son capaces de superarla”, concluye Juanito.