vitoria - La montaña juega con sus propias reglas y por fuerte y experimentado que sea quien se acerca a ella siempre está expuesto a un elevado riesgo. El que se puso de relieve precisamente en la jornada de ayer cuando se conoció la situación del alavés Alberto Zerain, del que no se tiene ninguna noticia desde el pasado sábado. El veterano montañero se encuentra junto al argentino Mariano Galván en el Nanga Parbat (8.125 metros) para intentar coronarlo por la arista Mazeno, una de las vías más complicadas que existen y que solo se ha logrado en una oportunidad.

Todo parecía ir bien hasta el pasado viernes, cuando se produjo la última comunicación telefónica con la pareja tras ocho días de ruta. El vitoriano informó de su buen estado de salud y forma y avanzó su intención de “apresurarse” en completar la arista teniendo en cuenta la previsión de mal tiempo que se avecinaba. A partir de ahí se suceden las últimas noticias, recibidas gracias al sistema de geolocalización Racetracker que porta.

El sábado 24 a las 00:54 horas el aparato envía señal de campamento, a las 00:57 se pone en marcha a 5.800 metros. Asciende progresivamente con una velocidad de 60 metros de desnivel/hora enviando una buena señal cada 10 minutos más o menos; a las 6:14 llega a 6.270 metros y la siguiente señal, una hora más tarde (07:11h) se sitúa 150 metros de desnivel por debajo y a unos 180 metros de distancia, a 6.114 metros. A partir de ese momento y hasta las 22:20 el Racetracker emite sin moverse de esa posición hasta que se apaga, pues está programado para desconectarse al cabo de 24 horas. El aparato tiene un sistema de petición de ayuda en caso de emergencia que no ha sido activado.

Con este escenario, se abren diferentes hipótesis. Una de ellas es que los montañeros hayan podido perder el gps o incluso el teléfono (o que se les hayan agotado las baterías) y estén resguardado en alguna zona protegida de la ruta esperando a iniciar un descenso seguro o, en el mejor de los casos, llevándolo a cabo.

Otra, mucho más preocupante desde luego, es que hayan podido sufrir un accidente -una caída teniendo en cuenta los datos que ofrece el geolocalizador- que les impide avanzar y pedir ayuda. Para tratar de aclarar estas dudas se intenta restablecer el contacto por todos los medios y se espera que hoy pueda partir un helicóptero a buscarlos, algo que impidió ayer el mal tiempo de la zona.