Jon Rahm ha disfrutado el fin de semana de París para celebrar su primer año como profesional y para cargar pilas antes de afrontar su nuevo objetivo de la temporada. El golfista de Barrika disputará desde el jueves el HNA Open de France que supone su debut en el Circuito Europeo y el primer paso hacia uno de sus sueños: estar el año que viene en la Ryder Cup, que se celebrará en el mismo escenario de L’Albatros de Le Golf National, un campo de par 71 situado a unos 15 kilómetros al sudoeste de la capital gala y que está considerado uno de los mejores recorridos de toda Europa. El torneo francés forma parte de las Rolex Series, el grupo de cinco eventos con mayor dotación económica del circuito a los que tendrá acceso Rahm, y tendrá entre sus participantes a doce de los 50 primeros del mundo y a varios jugadores de la Ryder.

Rahm se ganó la tarjeta de afiliación ya en marzo y ha podido adaptar su calendario a la exigencia que supone compaginar los torneos de los dos lados del Atlántico. Se han disputado 26 de los 48 torneos del calendario y el de Barrika figura en el tercer puesto de la Race to Dubai, la clasificación por puntos del circuito europeo, por detrás de Sergio García y Tommy Fleetwood gracias a sus resultados en los dos majors y en las dos pruebas del Campeonato del Mundo, los cuatro torneos que le han dado puntos. Pero debe disputar al menos cuatro torneos en Europa desde finales de agosto de 2017 para ser elegible para el equipo de la Ryder, además de los cuatro majors y los cuatro Campeonatos del Mundo. Por tanto, el Open de France será la primera toma de contacto con quienes pugnarán con Jon Rahm por una de las doce plazas en el equipo de la Ryder Cup: cuatro por la puntuación del circuito europeo, cuatro por la clasificación mundial y cuatro por elección del capitán Thomas Bjorn, que no perderá ojo de las evoluciones de Jon Rahm en Europa porque sabe que puede ser una gran baza el próximo año.

“No hay nada más grande que la Ryder Cup. Es algo que compartes con otros once jugadores y esa unión queda para toda la vida”, ha dicho. Para eso queda mucho todavía y al vizcaino le importa el presente, mejorar su juego respecto a sus dos apariciones anteriores, el The Memorial y el US Open. Rahm no ha querido dejar nada al azar en su llegada a Europa y después de reposar la decepción que supuso no pasar el corte en el segundo major del año trató de buscar las razones por las que en los dos últimos torneos sus resultados no hayan sido los esperados. Lo que está descartado es que vaya a cambiar de caddie, como se llegó a rumorear tras el US Open. Jon Rahm es autocrítico y, así, acudió a la sede de Taylormade, uno de sus patrocinadores que le suministra los palos, para encontrar explicaciones. En el laboratorio que la empresa tiene en San Diego, Rahm quiso comprobar si su swing ha variado en comparación con los datos de meses atrás, sobre todo por los problemas que tuvo en Erin Hills con el drive.

cita con celles El análisis ha querido ser exhaustivo para saber cuánto está pegando ahora mismo con cada uno de los palos y determinar si es necesario hacer alguna variación a la hora del golpeo. Con esa intención se ha citado en París con Eduardo Celles, su profesor de toda la vida, para estudiar y pulir el gesto técnico en el campo de prácticas y adquirir la confianza necesaria para encarar recorridos distintos a los que está acostumbrado en Estados Unidos. No obstante, Jon Rahm siempre se plantea nuevos retos y el de este semana será tratar de brillar en un torneo en el que inscribieron su nombre Severiano Ballesteros, Txema Olazabal o Miguel Ángel Jiménez. “El Open de France es uno de los mejores torneos de Europa y me encanta tomar parte en él”, ha comentado el golfista vizcaino, que después jugará el Duty Free Irish Open, otro torneo de las Rolex Series, para afinar su puesta a punto antes del British Open de Royal Birkdale.

El European Tour tuvo esta pasada semana su última parada en Munich para el BMW International Open con victoria del argentino Andrés Romero y Sergio García en segundo lugar después de llegar a la última jornada como líder. Ahora los focos apuntan a París, a un Open de France con aroma a Ryder Cup en el que Jon Rahm quiere hacer borrón y cuenta nueva y descubrir nuevos horizontes y sensaciones en su estreno en el Circuito Europeo, que no va a ser menos duro que el estadounidense si el de Barrika no muestra su mejor versión.