vitoria - Perder por la mínima un partido en casa tiene un pase y puede entrar incluso dentro del terreno de lo normal cuando se miden dos contendientes tan parejos entre los que no hay secretos. En cambio, una segunda concesión esta noche delante de su propio público sí escaparía a la lógica y resultaría mortal de necesidad para un Baskonia herido pero ni mucho menos enterrado como muchos auguran tras el fatídico desenlace del combate inaugural. Todavía queda bastante tela que cortar en una eliminatoria que bien podría alargarse hasta un quinto capítulo a tenor de los precedentes de esta campaña y el dominio que ejercieron los vitorianos durante prácticamente 37 minutos.

El Valencia Basket acaba de golpear primero y ha recuperado la tan preciada ventaja de campo, aunque nadie debería subestimar a un Baskonia todavía con las opciones intactas pese a las dudas que despierta su fragilidad en los partidos importantes, sus miedos a la hora de disputar finales igualados en los que se precisan buenas dosis de liderazgo o el bajo estado anímico de algunas piezas fundamentales en manos de Sito Alonso.

El técnico madrileño tiene una ardua tarea por delante para levantar la moral de un plantel con las pilas cada vez más agotadas tras una temporada sobrehumana pero obligado esta noche a tirar de orgullo y casta para nivelar una serie que se ha puesto cuesta arriba tras el rejonazo del pasado martes. De su capacidad para recuperar la confianza de sus jugadores dependerá en buena medida que el Baskonia enderece el rumbo y sea capaz de revivir.

La tropa alavesa vuelve a saltar hoy a la cancha del Buesa Arena convencida de que ya no tiene margen de error. Es el momento para agarrarse más que nunca al sueño de una final liguera siete años después y presentarse el fin de semana en Valencia con renovadas ilusiones. Subir el 1-1 al marcador constituye una obligación para el Baskonia antes de viajar a la capital del Turia con la maleta llena de optimismo. No sería el escenario ideal antes del descorche de la eliminatoria, pero el 0-2 no se contempla ni en las peores pesadillas. Porque, en caso de un nuevo correctivo, la suerte estará prácticamente echada y quedará supeditado a un milagro de dimensiones bíblicas.

a tope los 40 minutos Por el bien de los vitorianos, debería plasmarse con toda su crudeza sobre la cancha de Zurbano la desigual necesidad de ambos contendientes. Aunque el Valencia Basket no renuncia a dar una estocada casi definitiva, ya ha facturado el botín que se había fijado para los dos primeros asaltos como forastero. El Baskonia, por contra, se la juega a una carta en una noche donde necesita ahuyentar fantasmas, sacudirse la presión y recuperar la autoestima.

Pese a ser fiel a sus señas de identidad, mostrar un dinamismo ofensivo difícil de presenciar en los últimos tiempos y llevar la delantera durante muchos minutos, en el primer partido adoleció de instinto asesino en el peor momento. La prueba perfecta de que no va sobrado de argumentos y necesitará rozar la perfección para hincar el diente a un rival tan compacto y profundo como el valenciano.

Lo peor de todo es que Pedro Martínez no ha mostrado todas sus cartas y se ha guardado munición. Por ejemplo, el martes renunció a conceder la alternativa a dos fornidos pívots como Kravtsov o Tobey que harían más evidente el abrumador desequilibrio numérico en el juego interior. Tras la lesión de Sam Van Rossom en vísperas del play off por el título, la friolera de seis postes -casi todos ellos de un diferente perfil para más inri- habitan en este instante en la larguísima plantilla taronja, algo que alimenta la incertidumbre. La comparativa en este sentido con el Baskonia es odiosa.

A partir de ahora, toca darle la vuelta a la situación con toneladas de personalidad y pulir los desajustes que permitieron a San Emeterio y compañía obrar una reacción casi impensable. Abstraerse del arbitraje, polémico donde los haya en el primer envite con la toma de decisiones muy discutibles que descentraron en varias fases a los jugadores azulgranas, también se perfila como otro de los objetivos. Muchas miradas estarán puestas en la labor de Pérez Pérez, Peruga y Araña, los designados para impartir justicia en una noche complicada.