Real Madrid80

Darussafaka84

REAL MADRID Randolph (7), Maciulis (5), Ayón (16), Llull (22) y Taylor (9) -equipo inicial-, Doncic, Rudy, Carroll (5), Hunter (7), Draper, Reyes y Thompkins (9).

DARUSSAFAKA Wilbekin (17), Wanamaker (21), Clyburn (13), Zizic (17) y Harangody (8) -equipo inicial-, Bertans (1), Batuk (2), Aldemir (1), Moerman, Anderson (4) y Slaughter.

Parciales 19-22, 19-22, 30-22, 12-18.

Árbitros Christodoulou, Belosevic y Pastusiak.

Pabellón WiZink Center.

madrid - El Darussafaka venció ayer al Real Madrid en el segundo partido por 80-84, tras sobrevivir a un Sergio Llull desatado en el tercer cuarto y autor de 5 triples en ese periodo, con lo que iguala la serie (1-1) teniendo ahora el factor campo favorable al jugarse los dos próximos partidos en Estambul. Dos triples de Will Clyburn y Luke Harangody fueron la tarjeta de presentación del Darussafaka en el segundo choque y aunque de este dato se pudiera inferir que nada había cambiado con respecto al primer choque, 48 horas antes, lo cierto es que sí hubo cambios.

Para empezar, el Real Madrid salió más centrado en defensa y, en segundo, el equipo de Pablo Laso buscó el aro en las cercanías, minimizando el lanzamiento exterior a los tiros abiertos. Jeffery Taylor salió con la lección aprendida y con dos remontadas por la línea de fondo seguidas de sendos mates dejó al descubierto agujeros en la defensa turca.

Mediado el primer cuarto, 12-12, la igualdad se instauró en el marcador, aunque también hay que decir que los locales no consiguieron ponerse por delante en ningún momento y así siguió hasta el descanso.

Brad Wanamaker ya no campaba a sus anchas ni podía jugar unos contra unos sencillos, pero así y todo el Darussafaka acabó el primer acto por arriba en el marcador, 19-22.

El Madrid intentó buscar las cosquillas a los turcos subrayando su juego interior, donde los pívots madridistas tenían una teórica superioridad, pero fue a costa de apenas tirar de tres puntos y eso el equipo lo notó. La presión, la incertidumbre, la importancia del punto, los nervios y la responsabilidad entraron de lleno en el partido, como un elefante en una cacharrería. Ayón y Llull tomaron los mandos del equipo y Ante Zizic demostró su calidad de pívot con gran futuro en la NBA. El Madrid apostó por su francotirador, por Jaycee Carroll, en ataque y por Taylor en defensa. A 1.08 para el final, la igualdad era máxima 78-78.- Efe