Duración: 39:11 minutos de juego.
Saques: 1 de Zabaleta (tanto 2) y 4 de Mendizabal III (tantos 10, 12, 15 y 18)
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 107 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 2 de Zabaleta y 10 de Mendizabal III.
Errores: 8 de Zabaleta.
Marcador: 1-6, 2-7, 3-8, 3-9 y 3-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Alberto Ongay (con Zabaleta) y José Mari Mendizabal (con su hijo, Aitor).
Incidencias: Partido correspondiente a los dieciseisavos de final Campeonato Manomanistas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Santi Brouard de Lekeitio. Media entrada.
Lekeitio - Dos estilos completamente antagónicos se cruzaron ayer en el frontón Santi Brouard de Lekeitio. La potencia de José Javier Zabaleta contra la explosividad de Aitor Mendizabal. Uno capaz de destrozar el partido a pelotazos, el otro con la habilidad para crear el caos en los cuadros alegres. Entre virtudes y defectos muy dispares, tuvo que ser el aire el que decidiera. La capacidad de jugar sin esperar al bote y sorprender fue la semilla del incontestable triunfo de Mendizabal. Al zaguero de Etxarren se le vio demasiado justo a la hora de atacar a la pelota y su rival no tuvo compasión de él, infringiéndole un doloroso 3-22. El guipuzcoano entendió a la perfección el ritmo del partido, siempre trató de terminar rápido y jugó con una constante mentalidad ofensiva, obligando a Zabaleta a salir de su zona de confort. Incluso en los escasos peloteos, el de Antzuola estuvo más acertado, solo una vez pudo pasarle por encima el navarro y aguantó sin demasiados apuros los golpeos de su adversarios, incapaz de pegarle a la pelota con el brillo de sus mejores tardes.
Zabaleta estuvo completamente descolocado. Nunca fue rival y apenas aprovechó su pegada ante un rival con mucho menos golpe que él. Mendizabal no necesitó demasiado para aguantarle y se jugó en todo momento cómo le interesó al guipuzcoano. El zaguero estuvo muy lejos de su mejor versión en los escasos peloteos, pero donde más se le vieron las carencias para el mano a mano fue en los cuadros alegres. Le costó muchísimo jugar de aire y cambiar el dominio del tanto, además a la hora de defenderse ante las pillerías de su rival, estuvo incómodo en los desplazamientos defensivos, deambulando de un lado al otro de la cancha sin sacar prácticamente nada positivo. Con todo, Zabaleta acabó rendido ante la evidencia y reconoció que llegar con muy pocos entrenamientos específicos le impidieron competir con garantías en la tarde de ayer.
Con tantas facilidades recibidas, Mendizabal no podía dejar escapar la oportunidad. Vio las debilidades de su oponente, las analizó rápidamente y se dedicó a explotarlas hasta llegar al cartón número 22. El guipuzcoano estuvo muy serio a la hora de defenderse, aguantando con un buen juego de aire los intentos de alargar el tanto de un desconocido Zabaleta y a la hora de atacar no cometió errores. Siempre al ataque, pero tomando los riesgos necesarios. El delantero de Antzuola no necesitó coquetear con el alambre de la chivata, fue demasiado superior, y con muy poco tiempo de juego consiguió las ventajas necesarias para cerrar cada uno de los tantos sin excesivos apuros.
El dominio de Mendizabal se vio desde los primeros compases. Con un 0-6 inicial fundamentó su victoria y mantuvo el mando del marcador en todo momento. Zabaleta no pudo reaccionar. El etxarrendarra no aprovechó las pocas oportunidades que tuvo y cada vez que consiguió el saque, lo perdió de inmediato. Incapaz de meter miedo en el cuerpo a su adversario. Ahora, a Mendizabal le espera en la siguiente ronda Aimar Olaizola, un rival de muchos galones que parte como claro favorito en su duelo de los octavos ante el guipuzcoano.