BILBAO - “He apurado hasta el final”, desgrana Julen Retegi. Ese es el sino del delantero de Eratsun, quien reconoce que las páginas del almanaque, las equis en el calendario, le han espoleado en la rehabilitación. Su intención: recuperarse. Su objetivo: llegar al Manomanista. Su camino: dar lustre a su hombro izquierdo, aquel que quedó dañado al intentar devolver una volea envenenada en la pared del frontón Beotibar de Tolosa ejecutada por Aitor Mendizabal. Eso sucedió el 6 de marzo y desde entonces el navarro no ha vuelto a vestirse de blanco, contando los días para volver de la luxación traumática en la articulación acromioclavicular, que los médicos de Aspe valoraron con una baja “de cuatro o seis semanas”.

Julen regresará a la actividad el lunes, justo cuando se cumple el plazo máximo desde el suceso. “Llego con el tiempo justo”, admite el era-tsundarra, quien quiso desde el primer momento acelerar los procesos. En apenas quince días se le fue el dolor postural al dormir y se puso a trotar para mantener el tono competitivo. Entonces, ya era optimista. “Únicamente estuve sin entrenar en la primera semana, pero cuando noté mejoría me puse a ejercitar el aspecto físico”, desbroza el manista de Eratsun, considerado uno de los mejores pelotaris dentro del mano a mano. Julen es un delantero rocoso que sabe adaptarse al juego a bote y de aire. En los compromisos de antes de la lesión, de hecho, mostró su ambición y desde la empresa se explicó que estaba realizando “actuaciones de figura”. Perdió pie por la luxación del hombro, pero según fueron avanzando las fechas, el navarro comenzó a meter carga en el frontón, en la medida en que las molestias se lo permitían.

La incógnita de Retegi Bi es la de iniciar su regreso con el tiempo “justo” y en una modalidad tan complicada como el Manomanista, donde se destapan las carencias de todos los pelotaris. “Me he entrenado esta semana en el frontón de Eratsun y acabé contento”, cuenta el delantero. Jon Jaunarena, un joven veterano de la modalidad, le espera en el Astelena de Eibar. “Es un adversario muy incómodo, que tiene mucho poder. Es un manomanista nato”, destaca el delantero. De cualquier modo, la veteranía de Julen, finalista en 2014, y su facilidad para agarrarse a los partidos puede competir con su falta de kilometraje de blanco en una especialidad en la que solamente se disputan unos pocos enfrentamientos por temporada.

Por su parte, Jaunarena vuelve a una modalidad en la que destacó como aficionado y en Segunda. Además, en 2015, impuso su pegada hasta los cuartos de final, donde perdió contra Urrutikoetxea, a la postre ganador de la txapela. “Otros años no he competido bien y este estoy muy motivado. He pasado alguna semana con las manos mal y ahora estoy recuperado”, declara el leitzarra, quien cuenta que “he tenido entrenamientos buenos y otros no tanto. Preparar el Manomanista es muy complicado, ya que es una disciplina muy dura. Me ha tocado uno de los peores rivales. Retegi es un gran manomanista, pero saldré a dar guerra”. Jaunarena afronta la cita después de cambiar su posición a zaguero: “No me costará tanto restar lo saques”. El ganador de la eliminatoria del lunes se enfrentará a Joseba Ezkurdia. En el horizonte está Urrutikoetxea.