Atlético Madrid1
Leicester0
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Carrasco (Min. 65, Correa), Gabi, Saúl, Koke; Fernando Torres (Min. 73, Thomas) y Griezmann.
LEICESTER: Schmeichel; Simpson, Benalouane, Huth, Fuchs; Mahrez, Drinkwater, Ndidi, Albrighton; Vardy (Min. 77, Slimani) y Okazaki (Min. 46, King).
Gol: 1-0: Min. 28; Griezmann, de penalti.
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a los visitantes Albrighton, Benalouane y Huth.
Incidencias: Estadio Vicente Calderón, unos 55.000 espectadores. Lleno.
madrid - Un gol del francés Antoine Griezmann, ejecutor de un penalti fuera del área que él mismo protagonizó, dio una ventaja mínima al Atlético de Madrid en el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Leicester, nada más que un primer golpe en una eliminatoria por decidirse en la vuelta. Dentro de seis días, en el estadio King Power de Leicester, con un buen resultado para el Atlético, pero con un marcador tampoco demasiado malo para el conjunto inglés, que se marchó del Calderón sin un tiro entre los tres palos, pero con una versión competitiva que le permitió seguir vivo incluso tras el gol del ariete francés.
Griezmann fue el propulsor del triunfo. Su juego entre líneas, en el oasis en esa zona que concedió el Leicester, fue incomprensible para su rival, un problema del que jamás encontró solución y que sufrió muchísimo desde el principio, desde el potente, desbordante y apabullante comienzo local hasta el 1-0 del minuto 28 del partido. Pero hasta entonces faltó el gol. Por el poste, como el derechazo que soltó Koke Resurrección, o por una definición floja, centrada o fuera, como le ocurrió dos veces a Fernando Torres, una al belga Yannick Carrasco, otra a Griezmann y una más a Saúl Ñíguez, otro de los hombres clave de la victoria. Omnipresente y contundente en las ayudas, fue un seguro.
No logró el gol cuando era indudablemente superior y sí lo marcó cuando más dudas sentía, cuando el Leicester, un equipo que había tenido sólo un plan hasta entonces -pelotazo rumbo a un activo Jamie Vardy, un verdadero incordio para cualquier defensa-, entró ya en el duelo con intención, cerca del área contraria y sin salida atlética. Hasta el minuto 27, hasta que un saque de banda del Leicester hacia la meta de Jan Oblak se transformó en un contragolpe iniciado por Koke y desarrollado vertiginosamente por Griezmann, a toda velocidad en su conducción durante tres cuartos de campo hasta que Albrigthon lo derribó sin miramientos en su carrera imparable. ¿Unos centímetros fuera, sobre la línea, un centímetro dentro...? Aunque al límite, fue lo primero; el árbitro, el sueco Jonas Eriksson, lo vio dentro. Penalti a favor del Atlético, y una ocasión inmejorable para el 1-0. Lo transformó Griezmann. No fue un simple gol. Puede valer la eliminatoria.