bILBAO - Los pronósticos se cumplieron y la gloria, lejos de resultar esquiva, abrazó con fuerza a la pareja de colorado en el frontón de Miribilla, donde Iker Irribarria y Beñat Rezusta se hicieron con la ansiada txapela para satisfacción de los aficionados guipuzcoanos. Lo hicieron con la pegada por bandera, haciendo gala de un poderío y un saber estar no reñido con la juventud. La satisfacción tras el logro, no obstante, fue comedida en sala de prensa, donde ninguno de los dos dio rienda suelta a la alegría. El respeto hacia la pareja derrotada presidió la comparecencia de ambos, quienes aseguraron que el de ayer no fue “nuestro mejor partido”.

“Al principio no hemos empezado del todo bien y ellos han mostrado un gran nivel”, apuntó el delantero de Arama, quien tampoco titubeó al confesar que en la final “no he tenido el mejor día en los primeros cuadros”. Irribarria, cuestionado por sus primeras sensaciones tras convertirse en el pelotari más joven en ganar un Parejas al superar a Rubén Beloki, quien lo consiguió con 21 años, se mostró “feliz”. “Estoy muy contento por el récord, pero hay que seguir trabajando, porque esto no acaba aquí”, advirtió el guipuzcoano, quien resaltó que “con la txapela siempre se tienen buenas sensaciones”. Irribarria, no en vano, hizo alusión al trabajo realizado durante todo el campeonato con Rezusta, pues “hemos seguido trabajando aun no estando bien por momentos y aquí están los frutos. Beñat me ha ayudado mucho tanto en el juego como psicológicamente”.

También tuvo buenas palabras el de Arama para la pareja ayer derrotada, al apuntar que durante la final de ayer “Larunbe le ha dado mucho al principio y Oinatz era una barbaridad lo que lograba, pero nos hemos ido reponiendo y al final hemos logrado la txapela”.

REZUSTA, UN AÑO DESPUÉS La alegría, 365 días después, también visitó ayer a Rezusta, quien logró su particular revancha tras lo sucedido un año atrás, cuando una lesión de Martínez de Irujo, su compañero entonces, puso el punto final a una amarga final del Parejas. “El año pasado ya dije que hasta el momento que pasó lo que pasó estaba jugando a gusto y no sabía si iba a tener más opciones de jugar finales, pero ha sido posible y estoy contento por esta txapela”, indicó el zaguero de Bergara, que se mostró sólido y contundente a partes iguales durante la final.

El sobrio partido realizado, de hecho, le sirvió para hacerse con el trofeo al mejor pelotari del campeonato, distintivo que agradeció, aunque destacó entre risas que “estoy más contento por la txapela”, advirtiendo acto seguido que “Iker también se merece este premio, porque me ha ayudado un montón”. “En los primeros puntos de la final me ha costado un poco soltarme, pero ahí también he tenido la ayuda de Iker y me he quedado bastante satisfecho con mi segunda mitad del partido”, reconoció un humilde Rezusta, mientras que Irribarria, cuestionado sobre si los cueros elegidos el jueves habían resultado decisivos en el transcurrir de la batalla final por la txapela, se mostró esquivo. “Cada uno tiene su opinión, pero teniendo en cuenta que hemos estado en la cancha tres pegadores no ha habido ningún rebote. Que cada uno saque sus conclusiones”, subrayó el de Arama, comedido al igual que Rezusta tras imponer su ley en Bilbao, donde volvió a triunfar tras ganar el Manomanista en mayo del año pasado en su final ante Mikel Urrutikoetxea.