Vitoria - “Después de meditar muchísimo y valorar los pros y los contras sobre mi continuidad como entrenador, quiero comunicar que he decidido dejar la dirección del Garlan Legumbres Eharialdea. La decisión no es nada fácil, pero valoro que un ciclo se ha acabado conmigo al frente y considero que es el mejor momento para dejarlo después de tres años de ensueño en División de Honor Plata con un equipo con hechuras de la categoría y con un futuro más que prometedor”. Con estas palabras, Iñaki Santamaría arrancaba la que era la carta de despedida del club al que se ha dedicado en cuerpo y alma durante los últimos años, al que ha conducido desde el banquillo a la segunda categoría del balonmano estatal con un histórico ascenso que llevaba años resistiéndose y el que ha conseguido asentarlo con tres permanencias consecutivas en esa división. De esta manera, cuando concluyan los dos partidos que todavía quedan por disputarse de la presente campaña, el técnico vitoriano dará por finiquitada su actuación en una obra en la que ha sido gran protagonista, liderando desde el banquillo la etapa más exitosa del Eharialdea.

Santamaría ha esperado a haber asegurado la permanencia de manera matemática con la victoria del pasado domingo en la cancha del San Adrián para anunciar su marcha de un club en el que se ha convertido en todo un referente por su labor durante los últimos años. El domingo, a las 12.30 horas, vivirá su último partido en el banquillo de Sansomendi al frente de un equipo que, seguramente, le tendrá reservada alguna sorpresa especial como agradecimiento. Su último encuentro al frente del Garlan Legumbres será en Castro Urdiales.

Entre todos sus agradecimientos a la gente que le ha rodeado en los últimos años, Iñaki Santamaría tuvo un hueco especial para sus jugadoras, además de esperar que el club siga creciendo: “Podré dar mil y una veces las gracias, a este grupo de jugadoras, que son los artífices principales de todo esto, pero nunca podré devolverles todo lo que me han dado, en cada entrenamiento, en cada viaje, en cada partido? Siempre luchando, siempre trabajando y siempre llegando al límite para mejorar y batir a rivales sobre el papel superiores. Como grupo, nunca nos ha superado nadie. He sido un privilegiado por haber podido entrenar a estas jugadoras, una etapa de mi vida en la que he aprendido mucho más de lo que he podido enseñarles”. - DNA