BILBAO- Oinatz Bengoetxea y Mikel Larunbe pusieron ayer el Campo Base en el frontón Bizkaia de Bilbao, en el que se ejercitaron ayer por la mañana de cara a preparar la final del Parejas de Primera del próximo domingo 9 de abril ante Iker Irribarria y Beñat Rezusta, que se desarrollará en el escenario vizcaíno. El leitzarra y el galdakoztarra se vieron acompañados del joven neófito Joanes Bakaikoa e Ibai Zabala, que ejercieron de sparrings de lujo, y el técnico Pablo Berasaluze, guía de la cita.

La sesión tuvo una duración de una hora y consistió en varios encuentros entre los dos duetos, en los que los finalistas sufrieron de lo lindo para intentar meter mano al etxarriarra, que mejora día a día con el gancho, y el berriztarra, que se encuentra en un buen momento de forma. Zabala tiene la diestra fresca y lleva seis partidos seguidos sin conocer la derrota, destacando en envites decisivos del Parejas de Segunda. “No ha sido una sesión muy dura. Ha sido un entrenamiento un poco light, porque el martes nos ejercitaremos por segunda vez de modo más exhaustivo para ir el domingo a tope”, cuenta Oinatz Bengoetxea, que diseña el plan de escalada a la txapela. Bakaikoa-Ibai Zabala pelearon mucho y cumplieron el objetivo planteado para la primera sesión de entrenamiento: tomar el pulso a la cancha y arrojar tensión competitiva a las dos semanas de parón entre el último envite de las semifinales y la final.

Desgrana Oinatz que “no hemos estado muy bien, la verdad”. Cuenta el leitzarra que “lo importante es que para el próximo entrenamiento estemos mejor”. Las sensaciones, a pesar de no ser todo lo óptimas que debían, significan para el dueto un aliciente para posteriores jornadas. “La tensión llegará más adelante, llevamos mucha carga de entrenamiento en el cuerpo y ejercitarse bien es complicado. Ha sido simplemente un primer contacto y no hemos sufrido ningún daño, así que nos quedamos con un buen sabor de boca”, desbroza el delantero navarro. Así, el dueto también aprovechó para valorar diversos tipos de material. “Hemos probado pelotas lentas y rápidas, de todo tipo, para amoldarnos a este frontón exigente”, remacha el leitzarra. Por otro lado, Mikel Larunbe, debutante en una final de tamaño calado, aunque en la geografía de su pasado entran dos finales del Parejas de Segunda seguidas (2015, con Rico IV, y 2016, con Agirre), declara que “hemos venido a tomar contacto con el frontón y a entrenar a parejas, pero quizás no ha sido el mejor entrenamiento que hemos realizado”. De cualquier modo, el vizcaino es consciente de que les “sirve” para “ir preparando poco a poco la final”. “Ha sido suficiente. Ya haremos más la semana que viene”, argumenta el vizcaino, que traza ya la hoja de ruta de su camino a la cita con la txapela. El galdakoztarra continuará con la rutina diaria de entrenamientos, que romperá un nuevo asalto al Bizkaia el próximo martes, donde terminarán de tomar el pulso al emplazamiento antes de la batalla por el título, y la elección de material del jueves. El guardaespaldas, nuevo en estas lides, está tirando de los consejos de los experimentados Bengoetxea VI y Berasaluze para no perder pie en una competición en la que ha destacado sobre todo en la fase de semifinales. “También hemos probado distinto tipo de material para comprobar qué es lo que mejor nos puede ir para este frontón. Lo importante es no haber sufrido ningún mal golpe en las manos”, considera el de Galdakao.