IRUÑA - El ocaso del Parejas asoma hoy por el Labrit de Iruñea (17.45 horas) como si fuera el lugar por el que se descose la competición. Será el templo navarro, el emplazamiento elegido por Asegarce para la explotación de sus encuentros de semifinales, donde se empiece a trazar el epílogo de las liguillas de la competición más larga del curso, que empezó en diciembre. En La Bombonera se repartirá o nada o casi todo. Y es que, el enfrentamiento entre Bengoetxea VI-Larunbe y Jaka, en sustitución de Elezkano II, y Zabaleta es una prueba complicada, una contrarreloj, el penúltimo paso en un laberinto. Hay mucho por perder y, todavía, poco por ganar. Cualquier situación favorable para una hipotética clasificación para la final siempre dependerá de cómo se desempeñen mañana en Bilbao los casi clasificados Irribarria-Rezusta y Olaizola II-Untoria, que dependen de sí mismos para entrar. El nudo de la incertidumbre es una tortura.
La cizalla de los números es una cuestión que atenaza a las dos combinaciones. La pena es que, después de un gran inicio de liguilla de semifinales, Oinatz Bengoetxea y Mikel Larunbe tendrán que jugársela ante dos adversarios a cada cual más complicado: uno, Jaka-Zabaleta; el otro, la calculadora. Si bien sus opciones son reales y ganar, da igual el contador, les deja en una posición privilegiada para colarse en la cita más importante del año. Aun así, tienen que esperar o al triunfo en el Bizkaia de Irribarria-Rezusta o a una derrota de los guipuzcoanos con un margen superior a once tantos. Asimismo, caer en 21 les podría valer en caso de que pierdan Olaizola II-Untoria. Todo lo reduce el zaguero de Galdakao a una variable: “Solo podemos pensar en ganar. Llegar a 22 o a 21 es lo mismo”. Esa es la receta del bloque de Asegarce, cuyo balance en el Parejas, pase lo que pase, ha sido positivo. Eso sí, tanto el leitzarra como el vizcaino son ambiciosos: el jugoso premio de una final de Primera es algo grande. Por tanto, la única variable que existe es el triunfo. Larunbe, en su primera cita de tamaño calado, está respondiendo bien, pero acusó la pegada de los zurdos en el Atano III. Aun así, el análisis para el campeonato del debut es que se ha asentado en el Olimpo.
En el bando de Jaka-Zabaleta solo hay una opción de final: ganar por más de once tantos y que Olaizola II-Untoria pierdan en Bilbao. No hay más vida. Con dos derrotas encajadas, de nuevo mostrando una versión que raya momentos de calidad con otros, los más, de irregularidad, José Javier Zabaleta se encuentra con una única bala en el cargador. El zaguero de Etxarren cuenta además con la baja de Elezkano II, a vueltas con su mano izquierda, que será sustituido por Erik Jaka. El delantero de Lizartza, desde que se recuperó de la lesión en el tobillo derecho -del que fue intervenido a finales de 2015 y estuvo cinco meses parado-, ha incrementado su presencia en los estelares, donde Aspe apuesta por su facilidad con el remate, descaro y habilidad. A sus prestaciones técnicas, Jaka aumentó las físicas tras el paso por el quirófano. El trabajo con un dietista y el cuidado con escrúpulo de la comida le afinaron, mejorando su defensa.
En cualquier caso, el termómetro es Zabaleta. El de Etxarren no termina de cuajar dos partidos seguidos buenos. Aun así, las tres victorias más amplias del Parejas salieron de sus manos. Junto a Elezkano ganaron a Mendizabal III-Barriola por 3-22 y a Víctor-Albisu por 22-6; unido a Jaka tumbaron a Altuna III-Barriola por 22-5. Si necesitan fe, en el retrovisor tienen de sobra para afrontar el choque.
El limbo está en un hipotético triunfo de los de Aspe entre 12-22 y 20-22, que expulsa a los dos de un plumazo y deja como intrascendente la cita del Bizkaia.