Duración: 79:20 minutos de juego.
Saques: Ninguno.
Pelotazos: 713 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 10 de Olaizola II, 1 de Untoria, 11 de Ezkurdia y 1 de Merino II.
Errores: 2 de Olaizola II, 2 de Untoria, 5 de Ezkurdia y 5 de Merino II.
Marcador: 0-2, 1-2, 2-2, 3-3, 4-3, 5-4, 6-5, 6-6, 7-6, 7-7, 8-7, 8-8, 9-8, 11-9, 12-9, 13-10, 14-10, 16-11, 17-12, 19-13, 20-14, 20-15, 21-16 y 22-16.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Rubén Beloki (con Olaizola II-Untoria) y Jon Apezetxea (con Ezkurdia-Merino II).
Apuestas: Se cantaron de salida posturas a la par.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de la liguilla cuartos de final del Campeonato de Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Buena entrada.
iruñea - Aimar Olaizola es puro peligro. El delantero, cuando está en vena, acaba el tanto a la mínima. Tiene la capacidad de oler la sangre a kilómetros de distancia. El goizuetarra asoma como un rival gigantesco para sus rivales por la certeza de que cualquier cuero suelto puede suponer una muesca más en su fusil. La sombra de Aimar es larga. Larguísima. La sombra de Aimar es una camisa de fuerza para los zagueros contrarios y una continua cizalla para los delanteros. En cualquier momento, Olaizola II saca el gancho, se cuadra, cruza y afina el remate. ¡Eureka! Y todo lo trabajado no sirve para nada. Aimar no necesita mil pelotas para tener un remate. Eso es una ventaja en el meollo de un partido dirimido en alta tensión. Ocurre que, cuando el aroma a nervios se expande, Olaizola II se crece, se agiganta, los rivales notan su aliento en la nuca y surgen los problemas. Su envilecido remate argumentó ayer las razones de por qué es tan grande. Por eso, David Merino notaba que, con pelotas más lentas, no podía hacer daño y que tampoco podía quitarle. Álvaro Untoria, por contra, a pesar del buen inicio de Joseba Ezkurdia, contempló la contienda vital del Labrit desde la otra orilla, observando que, si él erraba el tiro y se le descolgaba un golpe, el arbizuarra, intermitente al acabar el tanto, no terminaba de encontrar el hueco. Incómodo, el voleísta encontró una distancia argumental con Olaizola II himalayesca: la finalización. Aimar es un robot y no necesita más que una oportunidad para cerrar el tanto; Ezkurdia exige más. Olaizola II no perdona. Bajo su sombra, que lo ampara todo, la ansiedad crece.
Fue el campeón de Goizueta el que dominó el encuentro de cabo a rabo, pero se vio custodiado por el mejor Álvaro Untoria de todo el campeonato. El najerino no mostró su mejor versión en Tolosa, justo cuando el Parejas pedía marcha, de final en final, y pudo resarcirse con el agua al cuello. Y es que, el compromiso de ayer era una moneda al aire para los de Asegarce: de perder, el campeonato se les escapaba; de ganar, seguirían con posibilidad de semifinales hasta el final. Día clave. Vida o muerte. La moneda salió cara. La versión de los dos fue la mejor en un encuentro emocionante y con buenos tantos, en el que los cuatro pelotaris tuvieron momentos de lucidez y el peloteo, vibrante, alumbró un duelo típico de campeonato, que se alargó a los 713 pelotazos. Al final, explicó el veterano Olaizola II que “es en estos encuentros donde se ve la categoría de un pelotari”. No hablaba de sí mismo, pues su talla ya está comprobada, sino de Untoria, muy mejorado. Y con el triunfo, se meten en el meollo clasificatorio con seis triunfos a falta de un choque, en el que pugnarán con Artola-Albisu.
Por otro lado, Ezkurdia y Merino II, que tenían dos balas en el cargador, perdieron una en el Labrit. Solo necesitan un triunfo, pero lo positivo fue que, al llegar al cartón dieciséis, tiene el tanteo personal ganado y triunfarían en posibles triples empates. El Parejas entra en su fase matemática.
El duelo fue un reparto de golpes continuo en el que inició la cita en buena lid el bloque azul. Ezkurdia se destapó con remate violento y Merino II anunció tambores de guerra al alargar el golpe. En estas, Olaizola II, prodigio en defensa, esperó su oportunidad.