Barcelona - Los futbolistas, en general porque como en todo existen las excepciones, actúan como mentirosos compulsivos. Son como los acusados en un juicio. La máxima es negarlo todo. Y en consecuencia, protestan cualquier decisión contraria a sus intereses. Pero hay ocasiones en las que protestar puede costar muy caro. También por el cómo se protesta. El caso es que Luis Suárez fue sancionado ayer por Competición y no jugará la final copera del próximo 27 de mayo ante el Deportivo Alavés. El primero de ellos obedeció a la doble tarjeta amarilla que vio en el encuentro de vuelta de las semifinales ante el Atlético. Además, fue igualmente sancionado con otro partido de suspensión por “no querer” marcharse a los vestuarios, según recoge el acta arbitral, tras ser expulsado por Gil Manzano.
Era complicado que estuviera en el choque ante los vitorianos porque Suárez, más allá de ser apartado del terreno de juego, se cargó posteriormente de motivos para cumplir la pena e incluso aumentarla. “Ni siquiera ha sido falta. Solo me he girado y parecía que el defensa era lo que quería”, dijo ante los micrófonos, a pesar de que el golpe con el brazo propinado a Koke y que supuso su segunda amonestación fue claro. Si acaso, la primera cartulina que vio fue más debatible por rigurosa. Seguido, un airado Suárez subió el tono: “Me río de la expulsión. Son cosas que no tienen explicación. Ya sabemos cómo funciona esto”. Estas declaraciones complicarán la obtención de una resolución favorable. Lo que no sabía o quiso omitir el uruguayo es que a Griezmann se le anuló un gol que debía haber subido al marcador. O sea, concretamente ayer, el trencilla favoreció a la tropa de Luis Enrique. Pero, como se decía al principio, la protesta ya es rutina en el fútbol. Es costumbre. Los futbolistas son autómatas. Tienen interiorizado que hay que quejarse y sale de dentro de uno mismo como si fuera algo natural. Algo obligado. De hecho, en los debates pospartido cada vez se habla más de los árbitros y menos del fútbol que despliegan los contendientes. Todos los equipos se sienten maltratados por los colegiados. El Barcelona, Suárez, no son excepciones.
Asimismo, hay otro factor que condena a Suárez. Y es que hizo lo que le vino en gana cuando le enviaron a los vestuarios. “Una vez expulsado, retrasó su salida del terreno de juego de manera considerable”, detalló en el acta el colegiado Gil Manzano en un apartado denominado Otras Incidencias, en donde también describió que “una vez fuera del terreno de juego, permaneció en las escaleras de acceso al túnel de vestuarios observando el partido hasta que éste finalizó, a pesar de que el cuarto árbitro comunicó en reiteradas ocasiones que debía marcharse a los vestuarios, haciendo nuevamente caso omiso a estas instrucciones”.
Tal y como contempla el Código Disciplinario en su artículo 113.2, “quienes sean expulsados deberán dirigirse a los vestuarios sin posibilidad de presenciar el partido desde la grada. El incumplimiento de la citada obligación será objeto de sanción entre uno y tres partidos”.
Por si fuera poco, hastiados de las protestas a los colegiados, el Comité Técnico de Árbitros, según hizo saber la Cope, tiene la intención de denunciar al delantero uruguayo por sus declaraciones, con el fin de que sea sancionado más de un partido.
Lo que resulta curioso es ver cómo el Comité Técnico de Árbitros pretende denunciar a Suárez, pero no hace referencia al entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, quien también hizo unas declaraciones en las que cuestiona la profesionalidad de los árbitros y del sistema que impera en el fútbol español. “Ya sé por qué tenemos más opciones en Champions que en la Copa y en la Liga”, dijo el técnico argentino.
antecedentes Cabe recordar que Luis Suárez, a pesar de su actitud y la contundente manera de manejarse en el campo, solamente ha sido expulsado en dos ocasiones a nivel de clubes a lo largo de su carrera, una con el Ajax y la del martes con el Barcelona. No obstante, el charrúa ha recibido un total de cinco sanciones por parte de la FIFA y de las federaciones de fútbol inglesa y holandesa, que le han supuesto perderse un total de 44 partidos: 7 con el Ajax por morder a un rival, 8 con el Liverpool por insultos racistas, 10 con el Liverpool por propinar otro mordisco, 1 partido con el Liverpool por realizar un corte de manga a la afición rival y 9 con el Liverpool y otros 9 con el Barcelona por reincidente, por un tercer mordisco, el que le dio a Chiellini en el Mundial de 2014.
Solo dos tarjetas rojas. A nivel de clubes, Luis Suárez solo ha visto dos cartulinas rojas en su carrera, una cuando jugaba en el Ajax y la del martes con el Barcelona.
44 partidos de sanción. A pesar de las dos rojas, ha recibido 5 sanciones de la FIFA y de las federaciones de fútbol inglesa y holandesa, con un total de 44 partidos.